La Vanguardia

No estamos tan lejos

- Llucia Ramis Barcelona

Mientras el sinólogo Manel Ollé recibe els Jocs Florals de Barcelona por Un grapat de pedres, en el Saló de Cent, leo el prólogo que hizo para Matar el marit, de Li Ang, publicado en Les Males Herbes. Es lunes y el sol estalla en el salón de actos de la biblioteca Montserrat Abelló. El acto está organizado por Cortsenque­s Dissidents, la asamblea feminista no mixta de Les Corts. Presentan el libro su traductora, Mireia Vargas Urpí, y el profesor de literatura china en la UAB y la Universida­d de Milán Antonio Paoliello. Les preguntan: ¿Puede ser la violencia una herramient­a necesaria para defenderse?

En el caso de esta novela sería difícil hablar de autodefens­a consciente, dado que la protagonis­ta mata a su marido mientras duerme, responde Vargas Urpí. Más bien lo hace por desesperac­ión, aterroriza­da por los malos tratos y violacione­s a las que él la somete. La obra se publicó en Taiwán en 1983, y visibiliza­ba un tema hasta entonces tabú. “En este sentido, estaríamos ante una autodefens­a intelectua­l, porque Li Ang saca a la luz el sufrimient­o oculto, ese lo que pasa en casa se queda en casa”, apoyado por una falta de solidarida­d entre mujeres que no cuestionab­an el peso de tradicione­s y costumbres, dice la traductora. Compara la reflexión que provoca el libro con el caso de Ana Orantes, a partir del cual la sociedad española empezó a sensibiliz­arse sobre la violencia machista.

Porque, siendo la novela “muy china, también es tristement­e universal”, dice Paoliello. Y aunque las cosas han avanzado desde los años ochenta de Li Ang, o desde que el marido de Orantes la asesinara en 1997 después de que ella lo denunciara en un programa de televisión, la manera de vestir no es el único reen flejo que queda de la época. Enmarcado en el movimiento feminista que hubo entonces, el libro fue rompedor, controvert­ido, muy leído por las jóvenes; se consideró casi pornográfi­co. Tan cargado de violencia, que no resultó fácil de traducir (la protagonis­ta está casada con un carnicero, y Vargas Urpí tuvo que buscar sinónimos de destripar, desollar o degollar para no repetirse). Sin embargo, apunta Paoliello, lo que más llamaba la atención era que una mujer hablara de la sexualidad de un modo tan duro y abierto. Y añade: “Entendió que si las mujeres no hablaban de estos temas, los hombres no lo harían, y tenían que defenderse con la palabra”.

De la República de China vamos África, vía Altaïr. Allí se presenta El petit imperi: catalans en la colonitzac­ió espanyola. Acompañan a Rosa Rey, editora de Angle, los autores Jordi Sant y Eduard Gargallo, que viene de Lisboa. Gargallo y Sant se conocieron en el Centre d’estudis Africans hace casi quince años, y ya entonces pensaron que sería una buena idea trabajar juntos.

Han escrito este libro a distancia y a cuatro manos, una experienci­a curiosa y enriqueced­ora, aseguran, y que habría sido más lenta y difícil sin la ayuda de Google Drive. Desde el principio tuvieron claro que querían dirigirse al público en general, para explicar de forma divulgativ­a el papel y la relación de los catalanes con el colonialis­mo en Guinea.

una combinació­n de reportaje periodísti­co con historiogr­afía, los autores revisaron bibliograf­ía, descubrier­on archivos inéditos o poco explotados, hicieron entrevista­s para indagar en la vida de aquellos empresario­s del café, el cacao y la madera –pioneros en muchos casos–, que contaban con su propia revista, hecha en Barcelona. Asimismo, la presencia misionera de la orden claretiana tuvo un marcado acento catalán. Gargallo y Sant profundiza­n en la manera de vivir que tenían en Guinea, así como en la influencia

Enmarcado en el movimiento feminista de entonces, ‘Matar el marit’ fue rompedor, controvert­ido

que Guinea acabó tuviendo en Catalunya. No queda tan lejos.

Tan a prop de la vida, de Santi López Petit y publicado por Raig Verd, se presentó el jueves, en la plaza del Sortidor. Y casi a la vez, el librero de la Nollegiu, Xavier Vidal, hablaba en Youtube con Selma Ancira, traductora de Loxandra y Vacaciones en el Cáucaso (Acantilado), de la autora griega María Iordanidou. “¿Cómo vas de Constantin­opla a Estambul, si la primera suena mucho mejor?”, pregunta Vidal. Ancira responde que a través de la evolución fonética. Pienso que otras cosas también suenan diferente por el tiempo que ha pasado, pero siguen tan cerca que se oye su eco.

 ??  ?? ‘Matar el marit’ La traductora Mireia Vargas Urpí y el profesor universita­rio Antonio Paoliello hablan del libro de Li Ang en la biblioteca Montserrat Abelló de Les Corts
‘Matar el marit’ La traductora Mireia Vargas Urpí y el profesor universita­rio Antonio Paoliello hablan del libro de Li Ang en la biblioteca Montserrat Abelló de Les Corts
 ??  ?? ‘El petit imperi: catalans a la colonitzac­ió espanyola’
Jordi Sant y Eduard Gargallo, en la presentaci­ón en Altaïr, con la editora de Angle, Rosa Rey
‘El petit imperi: catalans a la colonitzac­ió espanyola’ Jordi Sant y Eduard Gargallo, en la presentaci­ón en Altaïr, con la editora de Angle, Rosa Rey
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La traductora Selma Ancira charla con Xavier Vidal de la Nogelliu sobre los libros de la griega Maria Iordanidou
‘Loxandra’ y ‘Vacaciones en el Cáucaso’ La traductora Selma Ancira charla con Xavier Vidal de la Nogelliu sobre los libros de la griega Maria Iordanidou
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