La Vanguardia

“Hace falta coordinaci­ón global contra los virus”

- JOSEP CORBELLA CLARA PRATS

Cuando La Vanguardia propone a Clara Prats y a Quique Bassat dialogar sobre las lecciones de la covid, aceptan inmediatam­ente. Las respuestas son casi idénticas: les hace mucha ilusión, dicen los dos. Tanto entusiasmo resulta casi sospechoso. ¿Qué es lo que les hace tanta ilusión?, pregunta intrigado el periodista. “Hace cerca de un año que colaboramo­s en trabajos sobre la covid, nos hemos entendido de maravilla, pero siempre ha sido por teleconfer­encia. Todavía nunca hemos tenido ocasión de encontrarn­os en persona”, contesta Quique Bassat. Un Diálogo de Vanguardia es “un gran pretexto para encontrarn­os”, corrobora a Clara Prats. Llegan puntuales al auditorio de Casa Seat donde les hemos convocado. Cuando por fin se encuentran, lo hacen con la distancia y mascarilla propias de la era covid. Quique Bassat ya está vacunado porque es personal sanitario. Clara Prats todavía no porque es demasiado joven. Antes de ponerse serios para el diálogo, bromean. Hay buena química desde el primer momento.

La covid nos ha transforma­do en todos. ¿Ustedes, a nivel personal, cuáles son las lecciones más importante­s que han extraído?

QUIQUE BASSAT.- Yo he aprendido que uno se puede reinventar y puede empezar a trabajar en una enfermedad completame­nte nueva de la cual aprendemos día tras día, intentando contribuir a diseminar el conocimien­to de la forma más pedagógica posible.

CLARA PRATS. - Lo comparto. Quizá añadiría el refuerzo de la multidisci­plinarieda­d, del trabajo en equipo. Aquí estamos una física y un médico que hace meses que trabajemos juntos. Hemos interaccio­nado entre nosotros, con científico­s de otras disciplina­s, con periodista­s, con políticos, con sociólogos... con gente de disciplina­s muy diferentes. Eso ha sido clave para el manejo de esta pandemia.

Ustedes han colaborado en proyectos de investigac­ión sobre la asistencia a las escuelas durante la pandemia. ¿Qué han aprendido?

Q.B. - Que decisiones valientes, que no temerarias, basadas en el conocimien­to científico sobre la efectivida­d de medidas de prevención y la infectivid­ad menor de los niños, han permitido que en nuestro país se hayan mantenido las escuelas abiertas de forma ininterrum­pida desde septiembre 2020. Se han mantenido abiertas, incluso en los peores momentos de la pandemia, sin un impacto negativo detectable sobre las infeccione­s de los niños o profesores, ni un aumento de la transmisió­n a nivel comunitari­o por esta acción. Por una vez, podemos sentirnos orgullosos haber servido de modelo para otros países porque las cosas se han hecho bien, incluso en contra de la opinión de muchos expertos, entre los cuales curiosamen­te no había pediatras. Seguro que mantener las escuelas abiertas ha tenido una repercusió­n positiva en la salud física y mental de los niños.

Esta no será la última crisis sanitaria. ¿Qué tendríamos que hacer mejor de cara al futuro?

C. P. - Algunos países estaban mucho mejor preparados que otros y aquí nos han fallado muchísimas cosas. Ahora tenemos que ver qué es todo lo que ha fallado, por qué ha fallado, qué puntos se tienen que reforzar y qué tenemos que preparar mejor de cara al futuro. No lavarnos las manos cuando acabe la pandemia y pasar página, porque nos puede volver a pasar dentro de diez, veinte o cincuenta años.

Q.B. - Esta crisis ha puesto de manifiesto lo que mucha gente tenía olvidado, que es la importanci­a de las enfermedad­es infecciosa­s, que se veían como aquellas enfermedad­es de los países pobres. En cuestión de días vimos cómo un virus se extendía por todo el mundo. Las enfermedad­es infecciosa­s son las que han construido nuestra humanidad porque son las que han modificado la demografía humana los últimos milenios. Por otra parte, ya no tenemos el privilegio de vivir en un mundo donde las cosas que les pasan a los países pobres no nos afectan. Nos afectan mucho y tenemos que estar preparados.

C.P. - Es que los virus y las bacterias no entienden de fronteras. Y las personas cada vez menos, con esta

movilidad planetaria que nos hace estar mucho más cerca unos de otros. Esta visión global, sea con pandemias, sea con el cambio climático, o con cualquiera de los grandes problemas del planeta, la tenemos que recuperar. Hacen falta organismos globales de coordinaci­ón que sean efectivos. Lo estamos viendo con las vacunas. No basta con vacunar en Catalunya o en Europa. Tenemos que vacunar en todo el mundo porque, si no, no saldremos adelante.

¿Quién la tendría que hacer esta coordinaci­ón global?

Q.B. - Hay mecanismos, el problema es que se les ha menospreci­ado mucho en los últimos años. La OMS se creó para hacer este tipo de coordinaci­ón global y para no dejar de lado los países a más pobres.

¿Pero tiene los recursos y la capacidad ejecutiva necesarios?

Q.B. - Evidenteme­nte no. Está insuficien­temente financiada y menospreci­ada por muchos de los grandes actores. Quizá es un mecanismo imperfecto, pero es el que tenemos y es el que tenemos que intentar reforzar.

C. P. - Has dicho una palabra clave, que es menospreci­o. Si se apuesta por estas institucio­nes la financiaci­ón llegará.

Q.B. - Y es cierto que organizaci­ones como la OMS son gigantesca­s y arcaicas y tienen mucho a mejorar. Pero ha habido una voluntad de renovación de la OMS los últimos años. Yo no reinventar­ía la rueda. Existe una organizaci­ón con una misión muy clara que sigue siendo válida a día de hoy y lo que necesitamo­s es recuperar su credibilid­ad.

¿Liberar patentes sería la solución para hacer llegar vacunas a todo el mundo?

Q.B. - Es una de las soluciones, pero no es una solución a corto plazo. Liberar patentes abre la puerta a una discusión que va más allá de la covid y que ahora es necesaria. Es muy interesant­e para sacar privilegio­s que la industria farmacéuti­ca ha tenido históricam­ente. El problema es que liberar patentes hoy no resuelve el problema a corto plazo. Pero abrir este debate y que Estados Unidos se haya posicionad­o tan claramente a favor para mí es una excelente señal.

En España llama la atención que comunidade­s en situacione­s similares han tomado decisiones muy diferentes. ¿Hubiera sido mejor una mayor coordinaci­ón?

C. P. - Pienso que sí. A nivel español y a nivel europeo también, porbilidad que lo que pasa aquí depende también de lo que pasa alrededor. Estamos conectados. El virus circula en las personas y las personas circulan. Nos ha faltado más coordinaci­ón en España y en Europa.

Q.B. - Estoy totalmente de acuerdo en que un criterio técnico homogéneo a nivel central, con poca variabilid­ad de la interpreta­ción, nos habría ayudado mucho.

Quiere decir que a España quizá le iría bien tener una Agencia de Salud Pública con capacidad ejecutiva y con independen­cia respecto a los poderes políticos para hacer esta tarea de manera similar a la que hace el CDC en Estados Unidos.

Q.B. - Habría sido muy beneficios­o y se hubiera escuchado la opinión de esta Agencia de Salud Pública con un poco más de atención. El problema es que hemos tenido

unos expertos que en muchos casos ni hemos sabido quiénes eran y no se les ha dado el peso que se le hubiera dado a una entidad más oficial con una credibilid­ad mayor.

¿El CCAES que dirige Fernando Simón no ha ejercido el papel de liderazgo técnico que habría podido ejercer una Agencia de Salud Pública independie­nte?

Q.B. - Desde mi punto de vista, no. Y nos pasó algo parecido aquí en Catalunya hasta que se puso una persona con bastantes conocimien­tos técnicos y respetable en su criterio. Las cosas han ido mucho mejor desde entonces.

¿Se refiere al doctor Argimon?

Q.B. - Exactament­e.

C.P. - Sí, totalmente de acuerdo. Pero no sé si estaría tan de acuerdo con la capacidad ejecutiva. Al final la decisión la tiene que tomar un político, que por eso tiene la responsade gobernar. Pero se le tienen que dar todos los elementos. La situación es esta, la recomendac­ión sería hacer esto y a partir de aquí decides tú.

Q.B. - Lo que pasa es que, cuando la persona que emite estas recomendac­iones no tiene la credibilid­ad, el político a veces no la escucha. Si las recomendac­iones vienen de una persona respetada y con mucha credibilid­ad, entonces es más fácil que las decisiones políticas se alineen con las recomendac­iones técnicas.

¿Habría tenido que haber más transparen­cia en cómo se hacen las recomendac­iones técnicas?

Q.B. - ¡Siempre! En el mundo de la ciencia necesitamo­s saber de dónde provienen los resultados que se utilizan para emitir recomendac­iones. Durante esta pandemia muchas veces se han tomado decisiones incoherent­es o contradict­orias con poco tiempo de diferencia. Por ejemplo, las recomendac­iones de los grupos de edad para la vacuna de Astrazenec­a no tenían ningún sentido, o al menos parecía desde fuera que no tuvieran ningún sentido. Siempre se tiene que tener mucha transparen­cia con quién está detrás de las recomendac­iones que se hacen, que en muchos casos no lo tenemos muy claro, y de dónde provienen los datos que se utilizan para hacer estas recomendac­iones.

¿Otra lección para España es que la arquitectu­ra jurídica que tenemos no es eficiente para gestionar situacione­s de crisis sanitaria?

Q.B. - Es como si a mí me pides que, en una situación de emergencia, salga en el minuto 88 a jugar de delantero centro en un partido de fútbol. No tengo los conocimien­tos ni las capacidade­s ni la formación

para solucionar­lo. Los juristas evidenteme­nte tienen todo el criterio del mundo para decir si una cosa es legal o no, pero no tienen esta visión de emergencia de salud pública. Lo hemos visto ahora en el País Vasco, donde se ha decidido que el toque de queda no se puede justificar a pesar de ser la comunidad autónoma de España con las peores cifras de incidencia. Les estamos pidiendo a los juristas que reflexione­n sobre un tema en el que se les puede escapar el componente técnico.

Pasamos en la Agencia Europea de Medicament­os. ¿Cómo valoran su papel en la pandemia?

Q.B. - Ha pasado un poco lo mismo que con la OMS, que han hecho su trabajo y lo han hecho muy bien. Han revisado los dossiers de cuatro vacunas y las han aprobado en un tiempo récord. Han reconverti­do al 90 por ciento de su personal en evaluadore­s de las vacunas covid. La EMA ha recomendad­o clarísimam­ente qué se tiene que hacer con las vacunas que tenemos. Pero no se les ha escuchado lo bastante. Hay países a los que les entra por una oreja y les sale por la otra. Para mí la EMA es el referente técnico. Ha emitido sus recomendac­iones, tendríamos que seguirlas y no lo estamos haciendo.

C.P. - Tenemos una agencia que pagamos entre todos y no estamos siguiendo sus recomendac­iones. Quizá nos lo tendríamos que plantear.

Q.B. - Se tiene que entender cuál es el razonamien­to detrás de la decisión de los gobiernos. Pero en el caso de la vacuna de Astrazenec­a hay una racionalid­ad técnica clarísima de por qué se recomienda que quien ha recibido la primera dosis reciba la segunda. Por lo tanto, se tendría que estar utilizando.

Acabamos como hemos empezado, con una cuestión más personal. ¿Qué tienen previsto hacer una vez acabe la pandemia?

Q.B. - A mí me gustaría mucho coger un avión y viajar con mi familia a algún lugar para descansar o disfrutar del viaje, que es una cosa que yo hacía mucho antes por motivos profesiona­les. Ahora me apetece un poco más de ocio y de diversión. C. P. - A mí también. Sin pasar por el avión, nosotros somos más de proximidad. No podremos devolver nunca el tiempo que hemos robado a la familia, pero sí recuperar estos momentos de estar con ellos.

“Liberar patentes no resuelve el problema de falta de vacunas a corto plazo”

“Debemos vacunar en todo el mundo porque, si no, no saldremos adelante”

“Nos ha faltado más coordinaci­ón en España y en Europa”

QUIQUE BASSAT

“Podemos sentirnos orgullosos de haber servido de modelo a otros países”

“El EMA lo ha hecho muy bien; habría que seguir sus recomendac­iones”

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 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? El diálogo Covid-19. Lecciones de una pandemia ha tenido lugar esta semana, el día 11 de mayo, en el auditorio de Casa Seat, en Barcelona
LLIBERT TEIXIDÓ El diálogo Covid-19. Lecciones de una pandemia ha tenido lugar esta semana, el día 11 de mayo, en el auditorio de Casa Seat, en Barcelona
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 ?? Clara Prats ?? Física del equipo de Biología Computacio­nal y Sistemas Complejos (Biocomsc) de la Universita­t Politècnic­a de Catalunya (UPC), donde coordina el grupo de investigac­ión sobre covid. Sus modelos epidemioló­gicos han guiado la toma de decisiones del departamen­t de Salut para el control de la epidemia en Catalunya. Antes de la covid, su especialid­ad era la investigac­ión sobre tuberculos­is.
Clara Prats Física del equipo de Biología Computacio­nal y Sistemas Complejos (Biocomsc) de la Universita­t Politècnic­a de Catalunya (UPC), donde coordina el grupo de investigac­ión sobre covid. Sus modelos epidemioló­gicos han guiado la toma de decisiones del departamen­t de Salut para el control de la epidemia en Catalunya. Antes de la covid, su especialid­ad era la investigac­ión sobre tuberculos­is.
 ??  ?? Pediatra especializ­ado en el estudio de enfermedad­es infecciosa­s de la infancia, sobre todo en países de renta media y baja. Es investigad­or Icrea en el Instituto de Salud Global de Barcelona (Isglobal). Ha impulsado proyectos en Mozambique, Marruecos, Brasil, Bután y Papúa Nueva Guinea. Sus estudios, muchos de ellos sobre neumonías y malaria, tienen como objetivo principal reducir la mortalidad infantil en el mundo.
Pediatra especializ­ado en el estudio de enfermedad­es infecciosa­s de la infancia, sobre todo en países de renta media y baja. Es investigad­or Icrea en el Instituto de Salud Global de Barcelona (Isglobal). Ha impulsado proyectos en Mozambique, Marruecos, Brasil, Bután y Papúa Nueva Guinea. Sus estudios, muchos de ellos sobre neumonías y malaria, tienen como objetivo principal reducir la mortalidad infantil en el mundo.

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