La Vanguardia

SONDEO DE GAD3 PARA ‘LA VANGUARDIA’ El PSC ampliará su ventaja y ERC se reforzará frente a Junts si se vuelve a votar

La repetición electoral no alteraría el escenario de mayoría absoluta independen­tista y Cs desaparece­ría El 54% apoya la supresión del estado de alarma y el 67% rechaza la fórmula Ayuso

- CARLES CASTRO

El electorado también escribe con renglones torcidos. La máxima teresiana podría aplicarse a las perspectiv­as que ofrecería una repetición electoral en Catalunya, de acuerdo con el sondeo de GAD3 para La Vanguardia, realizado entre el 11 y el 12 de mayo. La parálisis independen­tista en la formación de Gobierno se traduciría en una ampliación de la ventaja del PSC, que sumaría más de dos puntos en estimación de voto (hasta situarse por encima del 25%) y tres escaños más (hasta un total de 36).

Sin embargo, los réditos de una repetición electoral provocada por la incapacida­d de ERC y Junts de llegar a un acuerdo no serían necesariam­ente negativos para el independen­tismo. Es cierto que el voto de ese signo registrarí­a un cierto retroceso y se situaría en el 50% (casi un punto y medio menos que el 14-F), pero el hundimient­o de Ciudadanos, que dejaría a este partido sin representa­ción, permitiría a las fuerzas independen­tistas arañar un par de escaños más y sumar 76 (ocho por encima de la mayoría absoluta de la Cámara catalana).

Asimismo, el ligero ascenso del sufragio de Esquerra y Junts a expensas del espacio que ocupaba el PDECAT –que se hundiría por debajo del 1% de los votos– permitiría a las dos principale­s formacione­s del secesionis­mo reunir por sí solas la mayoría absoluta en el Parlament. Es decir, Esquerra, con 35 escaños (dos más que en la actualidad), y Junts, con 33 (uno más), no necesitarí­an de la CUP, que sufriría una leve caída y perdería un escaño (con lo que cosecharía un total de ocho).

Los cambios no serían menos sustantivo­s en el ámbito de los partidos de dimensión estatal. Aparte del ya señalado ascenso del PSC, el otro dato clave sería el naufragio de Ciudadanos que, igual que en la Comunidad de Madrid, se quedaría sin representa­ción, aunque en el caso catalán con peor registro de voto. Si en el feudo de Ayuso Cs obtuvo un 3,6% –que en Catalunya le permitiría salvar la mitad de los seis escaños que obtuvo el 14-F–, en el escenario catalán cosecharía un magro 2,3%.

Las pérdidas de Cs irían en su mayor parte al PP, que casi duplicaría su voto del pasado febrero (al pasar del 3,9% al 7%) y mejoraría sensibleme­nte su cómputo de escaños: de 3 a 8. Este avance popular, junto al retroceso de Vox (de casi un punto y medio y tres escaños) llevaría al

PP a empatar con los ultras en número de diputados pero a superarlos en porcentaje de voto.

La matriz de transferen­cias de sufragio que refleja el sondeo indica que el ascenso del PSC se nutriría de su elevada fidelidad de voto (casi del 80%), de una pequeña porción de exvotantes de Ciudadanos y de levísimos trasvases desde casi todas las formacione­s, amén del modesto incremento de la participac­ión, que podría crecer en casi tres puntos, hasta situarse en el 56%.

El contexto de discordia en el independen­tismo sobre la hoja de ruta y el reparto del poder aparece en el trasfondo del respaldo electoral a los partidos de ese ámbito, aunque de una forma amortiguad­a. De hecho, la responsabi­lidad en la parálisis negociador­a es atribuida a Junts y ERC por igual por más del 63% de los consultado­s y por la mitad de los votantes secesionis­tas, con independen­cia del signo de su voto. Ciertament­e, Junts aparece como algo más responsabl­e, pero solo para un 21% de los consultado­s, mientras que Esquerra solo lo sería para casi un 10% de los ciudadanos.

Los electores de ERC (41%), PSC (34%) y la CUP (33%) son los que en mayor medida culpan al partido de Carles Puigdemont de la falta de avance en las negociacio­nes. La responsabi­lidad de Esquerra, en cambio, solo está clara para el 42% de los votantes de Junts y para uno de cada diez seguidores de la CUP. Y esta confusión de responsabi­lidades se traslada también al terreno de las posibles salidas a la actual parálisis.

En este sentido, el desconcier­to lleva a casi un 30% de los catalanes a plantearse que la única solución frente al actual impasse sería la vuelta a las urnas. Sin embargo, esta opción encuentra su menor respaldo en el electorado independen­tista (por debajo del 20%), mientras que sus mayores apoyos se registran entre los votantes de las formacione­s de centro y derecha de ámbito estatal (por encima del 50% de los consultado­s).

De hecho, la opción con más respaldo (aunque apenas una décima más que la anterior) es la de forzar un acuerdo entre ERC y Junts, con apoyo de la CUP. Esta opción no entusiasma a los votantes constituci­onalistas, mientras que es la preferida del electorado independen­tista, aunque con grados distintos de entusiasmo. El 70% de los electores de Junts y la CUP apuestan por esta salida, mientras que solo un 49% de los de Esquerra confían en esta solución.

El escepticis­mo sobre un acuerdo estable entre las fuerzas independen­tistas parece hacer más mella en el electorado de los partidos de ámbito estatal. Apenas uno de

MAYORÍA ABSOLUTA

Esquerra y Junts sumarían la mitad más uno de los diputados del Parlament, sin la CUP

ASCENSO SOCIALISTA

Illa lograría 36 escaños y el 25% de los votos; Aragones, 35 y el 22%, y Borràs, 33 y casi el 21%

HUNDIMIENT­O DE CIUDADANOS

El partido de Arrimadas desaparece­ría y cedería el grueso de su voto al PP, que atraparía a Vox

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