El miedo a una quinta columna islamista
En un artículo publicado por la web Place d’armes, el excapitán de la Gendarmería y exoficial de enlace de los servicios de inteligencia Alexandre Juvingbrunet, firmante de los dos manifiestos polémicos, advierte del peligro real de infiltración de los islamistas en el ejército, lo cual tendría graves consecuencias en caso de conflicto externo o interno. Juving-brunet compara la situación actual con la quinta columna proalemana durante la I Guerra Mundial o la procomunista durante la guerra fría. El excapitán evoca también el escenario de una guerra civil debido a la pérdida de control por el Estado de numerosas zonas del país en manos de delincuentes e islamistas radicales. “Los gobiernos sucesivos han tapado los problemas, porque si los reconocen es malo para su reelección, pero estos problemas van creciendo y pronto explotarán”, afirma Juving-brunet a La Vanguardia. Según él, los 100.000 salafistas franceses podrían constituir el núcleo de una fuerza insurreccional que pondría en jaque al Estado si las cosas se agravan. Él propone crear una task force de mil personas (entre militares, policías, magistrados y agentes penitenciarios) que se desplegarían durante un mes para “extirpar el mal” en cada barrio problemático, en las decenas de cités que son hoy un polvorín y zonas sin ley. Sería una especie de estado de sitio territorializado. “Francia dispone aún de recursos antes de que el incendio se propague y nuestro país llegue a un punto de desplome inexorable –concluye el excapitán–. Si un día perdemos la batalla de Francia, nuestro país será desmembrado como lo fueron Armenia, Líbano o los Balcanes”. Juving-brunet admite que el malestar entre los militares franceses se extiende a la policía, sometida a una fortísima presión por el auge de la delincuencia, las revueltas callejeras como la de los chalecos amarillos y la lucha antiterrorista. Los agentes sufren muchas agresiones. También los bomberos. En algunos ámbitos, cualquier persona que sea vista como representante del Estado puede ser un objetivo.