“Vayan a mear a España”
En junio del 2011, tras el asedio al Parlament, Joseplluís Carod-rovira firmó un artículo en el que calificaba a los indignados de “internacionalismo progre” y les conminaba a que fueran a mearse “a su país”. España, por supuesto. El tono, muy alejado de la ERC de hoy, refleja la tensa relación que mantuvieron el 15-M y el entonces incipiente independentismo, los dos movimientos que más han zarandeado el llamado régimen del 78. “En el fondo son lo mismo: más democracia. Pero sorprendentemente para mí, nunca se entendieron. Hubo una parte de los comunes, de Esquerra y la CUP que lo intentó pero no lo lograron. Seguramente hoy estaríamos en un lugar muy distinto tanto en Catalunya como en España”, lamenta Ismael Peña-lópez, que fichó por Òmnium tras el 15-M. “Algunos veían el vínculo entre Sol y plaza Catalunya como una herejía –dice David Fernàndez, de la CUP–. Recordemos que los recortes habían sido del 19% en educación y del 15% en sanidad. Todo el mundo se sentía amenazado por el 15-M”.