El Museo del Hermitage

Una vez más se vuelve a comentar el triste tema de los obstáculos a la instalación de una nueva sede del Museo del Hermitage de San Petersburgo en la ciudad de Barcelona –todo un logro de prestigio–, por ciertas cuestiones de orden personal, de las que se duda. La cuestión es de tal calado para nuestra ciudad que se exige que se exponga de forma clara y contundente, y además documentada, la negativa continuada tan rotunda como inexplicable para el ciudadano.

Tal caso –que ronda los ocho años de paralización– debe de gozar de algún misterio que se desconoce, pues resulta que esta negativa insistente jamás ha sido acompañada y justificada.

En otras ciudades de España dispondría del reconocimiento unánime de gozo y colaboración para facilitar su presencia y poder elevar el prestigio de su ciudad. Y en este triste caso, la ignorancia más incomprensible ha dado pie a la protesta de sus ciudadanos, que esperan recibirlo con el mayor de los honores.

Eugenio Pallarés Gutiérrez

Suscriptor Sant Cugat del Vallès