Gates se da a la vida de megarrico
El empresario deja la imagen filantrópica y se refugia en un exclusivo club de golf
Qué hacer si eres Bill Gates y te acabas de divorciar: vivir como un multimillonario. Lo que es, más allá de la estampa generosa cultivada en el hermetismo personal de 27 años de matrimonio.
Los divorcios son en realidad una de las llaves que abren esos compartimentos cerrados y hacen que entre la luz. Lo que había sido secreto ahora se desvela.
Gates se ha refugiado en un exclusivo club de golf de California , el Vintage, en Indian Wells. Se describe como una de las más prestigiosas y privadas comunidades en Estados Unidos, un oasis de 300 hectáreas de riqueza.
Hasta la semana pasada, su alianza con Melinda parecía de acero inoxidable. Esa es la imagen de unidad que proyectaban al frente de una fundación que presta ayuda en 135 países.
La ruptura abrió la espita bien. Hacia ya un tiempo que la pareja estaba distanciada. Aseguran que él vio venir el divorcio porque hace al menos tres meses que se refugio en ese paraíso californiano. Incluso se afirma que anticipó a sus colegas mega ricos que su matrimonio estaba finiquitado. Según The New York Post, Bill comentó a sus amigos del club de golf que en su matrimonio “no había amor” y que llevaban vidas separadas.
En todo caso, la decisión correspondió a ella. Melinda French Gates, como se identifica en su nueva vida, pasó por un momento de contradicción existencial. Firme creyente en la iglesia católica, su fe le forzó a un debate interno antes de plantear la separación. La relación de Bill con el pederasta Jeffrey Epstein la convenció de que debía romper. En su entorno se especula que Melinda quiere que el Vaticano anule su matrimonio, una vez que obtenga el divorcio civil.
Pero la luz no ilumina solo sus intimidades. El foco también se ha puesto en su fortuna secreta, que excede el tamaño de la economía anual de Marruecos.
El patrimonio de Bill y Melinda, calculado en unos 108.000 millones de euros según Forbes, surgió con Microsoft, pero la empresa de software no es hoy más que una parte de un amplio porfolio de posesiones e inversiones: propiedades inmobiliarias, hoteles de lujo, aviones, mansiones en la playa, acciones en empresas, la mayor explotación agrícola de EE.UU. (incluido el histórico rancho de Buffalo Bill en Wyoming), una larga lista en la que figura hasta un cuaderno de Leonardo da Vinci.
“La cantidad de dinero y la diversidad de activos implicados en este divorcio desafían a la imaginación”, remarcó en The New York Times el abogado David Aronson, especialistas en divorcios de ricos.
La separación de Jeff Bezos, el más rico del mundo gracias a Amazon, y de la escritora Mackenzie Scott, implicó una fortuna superior, aunque la mayoría vinculada al supermercado digital y más fácil de repartir.
La riqueza de los Gates, muy diversificada, ofrece más complejidad en el reparto. Tienen un acuerdo de división, cuyos términos no han trascendido. Salvo que los dos se encaprichen con algo, no se augura pelea. Cuando se tiene tanto, recalcan los expertos, solo cambia la cantidad de miles de millones que puedan regalar a lo que quieran.
El divorcio de Bill y Melinda Gates saca a la luz las crisis matrimoniales y su extensa fortuna secreta