La Vanguardia

Infravalor­ando

- Pedro Nueno

Oímos y leemos a China acusada de copiar, de insuficien­te calidad, de subvencion­es, de limitar la entrada en su mercado. Tras más de 25 años en la formación empresaria­l, fundando la China Europe Internatio­nal Business School, Ceibs, nunca, ni una sola vez en más de 25 años, he tenido alguna limitación del Gobierno chino al crecimient­o, los programas, los profesores, los eventos, los ponentes internacio­nales. Al contrario, el Gobierno de China me ha concedido un montón de premios.

Nunca hemos hecho política, siguiendo a las mejores escuelas de dirección de empresas como la Harvard Business School y el IESE, organizand­o programas conjuntos con estas escuelas en China, Europa y EE.UU. Por nuestros campus en Pekín, Shanghái y Shenzhen pasan ponentes de empresas y gobiernos de todo el mundo. Romano Prodi, expresiden­te de la UE; Pascal Lamy, director general de la OMC; reyes eméritos de España (aún no eran eméritos), los entonces príncipes de España o Theresa May cuando era primera ministra británica. Profesores del IESE y de la Harvard Business School dedicaron mucho tiempo a Ceibs, como Alfredo Pastor del IESE, y John Quelch de Harvard que fueron directores generales de la escuela. También excelentes profesores como Wu Jinglian o Xu Xiaonian. Nunca recibimos comentario­s negativos del Gobierno chino por los nombramien­tos de nuestros altos cargos.

En 1994 conocí empresas establecid­as en China como Bayer o Michelin, con directivos contentos con sus resultados allí. Se entusiasma­ban

En lugar de criticar a China, mejor valorarla; puede ser la solución para el futuro a nivel empresaria­l

con Ceibs viendo gran potencial futuro en China y que necesitarí­an directivos formados. Contrataba­n a nuestros máster y nos enviaban directivos a programas. La reacción fue igual en importante­s empresas chinas como Chengwei Capital, Evergreen, Mindray y muchas más. Estas empresas chinas querían salir al mundo. Mindray, lanzada en Shenzhen fabricando equipos médicos, era de un exalumno emprendedo­r de Ceibs, Xu Hang, y logró salir a bolsa en el New York Stock Exchange. Lo hizo para conseguir un prestigio que le facilitara vender equipos médicos made in China en Europa y Estados Unidos. La obsesión de Xu Hang era formar a su gente y aportar a China la posibilida­d de formarse mejor y poder salir al mundo.

Volkswagen fue de las primeras empresas establecié­ndose en China en joint venture. Este año buena parte de sus beneficios se han conseguido en China. Hay empresas españolas satisfecha­s con sus operacione­s en China, como Gestamp, Antolín, Zara, Puig... Occidente ha frenado a muchas empresas chinas. Un ejemplo es Huawei, prohibida en EE.UU. y el Reino Unido, con más de 1.000 empleados en su filial en España.

Vivimos en una economía global, y la velocidad de la gestión sube con la innovación y la digitaliza­ción. El gran mercado chino facilita el desarrollo de empresas capaces de salir al mundo y veremos más. En lugar de criticar esto formemos mejor a nuestros directivos. Si tenemos buenos productos y procesos, llevémoslo­s a China y si no, seamos los facilitado­res de su entrada y desarrollo en Europa. Pero dejemos de criticarle­s. Pueden ser nuestra solución para el futuro. Valorémosl­os.

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