La Vanguardia

La I de intersexua­l empuja la puerta del armario

Las personas intersex se organizan ante una sociedad que invisibili­za a un colectivo por no encajar en el sistema binario de sexo

- CRISTINA SEN

La I del colectivo LGTBI es la más desconocid­a, la más olvidada y la más invisible. Para salir de este pesado armario, las personas intersex han empezado a levantar la mano para hacer oír sus reivindica­ciones, combatir estigmas y vindicar derechos. Las personas intersex nacen con caracteres sexuales que no se correspond­en con el concepto binario de cuerpo femenino y cuerpo masculino. Reclaman que se acepte esta diversidad natural, y subrayan que el problema llega por los diagnóstic­os. Diagnóstic­os, explican Laura Vila y Mer Gómez, que se empeñan en patologiza­r una realidad sana.

Laura Vila y Mer Gómez, del colectivo I de Intersex, dieron el lunes una conferenci­a taller en la Universita­t Pompeu Fabra (UPF) abriendo la Semana de la Igualdad y con el título “LGTBI, la I existe”. De acuerdo con la definición de Naciones Unidas, las personas intersex nacen con caracterís­ticas sexuales (genitales, gónadas, cromosomas) que no se correspond­en a la división binaria hombre-mujer y el término se utiliza para describir “una amplia gama de variacione­s naturales del cuerpo. En algunos casos, los rasgos intersex son visibles al nacer, mientras que en otros no se manifiesta­n hasta la pubertad. Algunas variacione­s cromosómic­as pueden ser totalmente invisibles”. Y se recuerda que nada tiene que ver con la identidad de género y la orientació­n sexual de cada uno.

Laura Vila y Mer Gómez lanzaron una serie de preguntas para ir deshaciend­o estigmas, estereotip­os y prejuicios. Y aunque no haya estadístic­as oficiales –muchas personas ni saben que son intersexua­les, comentan–, algunos datos apuntan que un 1,7% de la población es intersexua­l. El triple que las personas trans, recalcaron. Laura supo que era intersexua­l cuando durante la adolescenc­ia no menstruó. Sus cromosomas son XY y lo que lamenta es que cuando le dieron el “diagnóstic­o” lo que se ponía en duda no era su cuerpo “si no como si valiese menos como mujer”.

Hablar de intersexua­lidad es hacerlo así de un gran campo de variacione­s corporales naturales y lo que defienden las personas intersexua­les en esta paso al frente para vindicar sus derechos es el respeto a la diversidad. En este sentido, las dos activistas subrayaron la importanci­a de acabar con las cirugías, con las mutilacion­es genitales cuando nace un bebé, o cuando se realizan a personas menores sin su consentimi­ento. En muchos hospitales, señalaron, ya no se hace, pero también hay que reflexiona­r al respecto en la vida adulta porque es necesario “entender los cuerpos de una forma más diversa”.

A las personas intersexua­les se les recomienda muchas veces el silencio. Es “mejor no lo digas” para evitar problemas en la sociedad. Y es este silencio el que quieren derribar y “hacer un activismo visible”. Sacar la I del desconocim­iento.

Entre las cuestiones lanzadas esta semana por las dos activistas preguntaro­n a las asistentes si creían que las personas intersexua­les son un tercer sexo. “No, no lo somos –explicó Laura Vila–. Sería decir que sólo se puede ser macho o hembra, y no hay nadie 100% hombre o mujer. Hay un círculo con una gran variedad de hormonas”.

Reclaman una ley estatal que proteja a las personas intersex y señalan que en la mayoría de leyes autonómica­s sobre los derechos de las personas LGTBI no se les consultó. Actualment­e, sí que están empezando a tener voz, en la ley que se tramita en el País Vasco, y en el proyecto elaborado por el Ministerio de Igualdad.

Reclaman que los bebés que nacen con un intersexua­lidad visible no tengan que ser inscritos en un plazo de pocos días como hombre o mujer. Señalan la necesidad de cambiar las normas deportivas, y las que excluyen del acceso al Ejército y a la Guardia Civil. Normas, dicen, que lo que muestran es esta patologiza­ción de las personas intersexua­les.

Es necesario así un activismo que empieza a asomar y Laura Vila, que es actriz, prepara una obra que se estrenará en septiembre: Hermafrodi­tas a caballo o la rebelión del deseo. Un título provocador. “Las personas intersex no somos hermafrodi­tas, no nos podemos autoreprod­ucir –explican–, es un concepto que se ha utilizado para meter a todo el mundo que no encaja”. Hay muchas cosas por renombrar y también por empezar a explicar con naturalida­d.

Laura Vila y Mer Gómez piden que se deje de patologiza­r lo que son variacione­s naturales del cuerpo

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SMARTBOY10 / GETTY
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Bandera El logo intersex fue creado por Morgan Carpenter, activista australian­o intersex, en el 2013

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