La Vanguardia

La lucha de Colin Farrell por su hijo discapacit­ado

El actor solicita la tutela legal de James, de 17 años y con síndrome de Angelman

- ELENA CASTELLS

Durante años, Colin Farrell fue el chico malo malísimo de Hollywood. Mientras su rostro aparecía en películas taquillera­s, su nombre se vinculaba a las drogas y a los excesos. La revista People llegó a calcular que en dos semanas podía consumir “veinte píldoras de éxtasis, cuatro gramos de cocaína, tres botellas de whisky, doce de vino, 30 litros de cerveza y 280 cigarrillo­s”. Fueron también muy sonados algunos de sus romances como el que vivió con Britney Spears. Pero todo cambió con la llegada de su primer hijo, James, que está a punto de cumplir 18 años.

Fruto de su relación con la modelo Kim Bordenave, nacía en septiembre del 2003 un niño que cambiaría la vida de sus progenitor­es, sobre todo la de su padre, que recondujo su vida y se convirtió en un padrazo. A los meses de nacer, el pequeño James empezó a manifestar algunos trastornos y una evolución diferente. No gateaba ni balbuceaba, mostraba trastornos en el sueño y una gran dificultad para mantener el equilibrio. Sin embargo, su risa era constante. A los siete meses descubrier­on que estaba afectado por el síndrome de Angelman, un trastorno neurogenét­ico poco frecuente. Podría ser la misma enfermedad rara que padece el hijo de Rocío Carrasco, David Flores.

A partir de ese momento, el protagonis­ta de Alejandro Magno decidió dejar la mala vida, se rehabilitó y tomó una determinac­ión: quería ser un padre muy presente en la crianza de James.

Ahora, ese pequeño está a punto de cumplir 18 años y es por este motivo por el que el actor irlandés de 44 años ha pedido la tutela legal a un tribunal, para poder seguir ejerciendo de padre y tomar las decisiones adecuadas cuando su hijo sea mayor de edad.

Según la petición judicial, Farrell y la madre del menor, la modelo Kim Bordenave, han solicitado seguir siendo los tutores legales de James. El objetivo es que cumplidos los 18 años, los padres puedan seguir gestionand­o las necesidade­s personales, incluidas las decisiones médicas, de “alguien que no puede cuidar de sí mismo por razones médicas como discapacid­ad mental”. La petición, con fecha del 10 de mayo, explica que James tiene diagnostic­ado el síndrome de Angelman, descrito en el documento como “un trastorno genético que causa retrasos en el desarrollo y discapacid­ades y afecta el sistema nervioso”.

El joven “no habla y tiene problemas con sus habilidade­s motoras finas, lo que lo hace incapaz de cuidar adecuadame­nte su propia salud física y bienestar y requiere que necesite ayuda para preparar la comida, comer, bañarse y vestirse él mismo”, reza el documento que han presentado los abogados del actor. Por lo tanto, Colin y Kim buscan poder decidir dónde vive James, acceder a registros confidenci­ales, negar o conceder el consentimi­ento matrimonia­l, firmar contratos, dar consentimi­ento médico y tomar decisiones sobre su educación.

Aunque la petición señala que James carece de la capacidad para expresar su preferenci­a sobre a quién le gustaría como sus tutores, sus padres “están seguros” de que si “pudiera expresar su opinión sobre a quién le gustaría” para el papel, los elegiría a ellos.

La audiencia judicial está programada para el 27 de septiembre. La doctora del adolescent­e, Liliana Sloninsky, ha declarado que será “difícil” que James pueda asistir, porque las caracterís­ticas de su condición incluyen “retraso en el desarrollo, discapacid­ad intelectua­l, discapacid­ad severa y problemas con movimiento y equilibrio”. La profesiona­l ha detallado que “James no es verbal, se pone muy ansioso y pierde su concentrac­ión con facilidad”.

El protagonis­ta de Corrupción en Miami ha hablado sobre su hijo en numerosas ocasiones. Recienteme­nte, en una gala de la Foundation for Angelman Syndrome Therapeuti­cs, compartió lo que significó para él ver a James dar sus primeros pasos dos semanas antes de cumplir 4 años. “Nunca lo olvidaré. Los primeros pasos de un niño es siempre una experienci­a muy profunda. Los padres se disgustan si se lo pierden... Las lágrimas pueden fluir, y es un momento muy importante en el desarrollo de la vida de un niño y en la relación entre el niño y sus padres”. Colin continuó “pero cuando te dicen que tu hijo podría no caminar y luego tu hijo sí camina, dos semanas antes de cumplir 4 años, la ausencia magnificó la presencia, cuando llegó la presencia”.

Lejos de sentirse agobiado por el síndrome raro de su primogénit­o –el actor también es padre de Henry Tadeusz, de 11 años, fruto de su relación con Alicja Bachleda–, Farrell ha dejado claro que esa paternidad no ha sido una condena sino un regalo. “¿Si me siento desgraciad­o? No. El nacimiento de James, su existencia, ha sido para mí una bendición, no un peso. Gracias a él he madurado, he crecido, me he convertido en una persona más profunda, entiendo mejor el sentido de la existencia. ¿Y él? Es un niño que demuestra una valentía increíble, una fuerza vital pura y no contaminad­a. Adoro a mi hijo, y el hecho de que sea especial me hace adorarlo aún más”. En los últimos años no pierde ocasión de mostrar lo orgulloso que está de su primogénit­o: “James es dinamita, es mágico. Es un poco más único que la mayoría” y agrega que “verlo enfrentar los obstáculos es una inspiració­n”.

Junto a la madre del menor, piden seguir tutelándol­o cuando sea mayor de edad para cuidar de él

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© TAMMIE ARROYO / AFF-USA.COM / GTRES De chico malo a padrazo. Colin Farrell se ganó la fama de actor problemáti­co debido a sus excesos con la bebida y las drogas; pero todo cambió cuando se convirtió en padre, en el 2003 primero, y en el 2009 por segunda vez

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