La gran dimisión
“Los futbolistas somos los culpables”, deja claro Alba tras ganar solo un partido de las últimas cinco jornadas
La noche del 13 de julio de 1977 la ciudad de Nueva York se quedó a oscuras. Por una caída del sistema eléctrico, la luz se fue de la Gran Manzana. El apagón fue seguido por una noche de caos y vandalismo. Aprovechando la coartada de las tinieblas, hubo una oleada de delincuencia. 1.600 tiendas fueron saqueadas, se provocaron más de 1.000 incendios, los bomberos no daban abasto. Hubo 3.700 detenciones por los atracos, asaltos y disturbios.
Aquel corte de la electricidad duró 25 horas y costó restablecer la seguridad en la ciudad. Habrá que ver cuánto se tarda en el Camp Nou en poner en solfa al primer equipo. El apagón del Barcelona lleva 17 días y no se ve la solución. La penumbra se ha apoderado del proyecto, que vuelve a estar en la casilla de salida. Se le ha hecho de noche y no sale el sol por ningún lado. En dos semanas y media desde el 29 de abril cuando dependía de sí mismo, el equipo de Koeman solo ha ganado un partido en las últimas cinco jornadas. Ni la posibilidad de ganar una Liga ha motivado a los futbolistas. Ni levantar un doblete ha conseguido que los jugadores diesen la talla en la recta final. Han dimitido en cadena y a la vista de todos antes de hora.
Los blaugrana empezaron ganando contra el Granada, el Levante y el Celta. Y tres equipos que estaban en tierra de nadie, con pocas cosas en juego, le acabaron remontando con facilidad. Incapaces de mantener la ventaja en tres partidos, se derritieron como una azucarillo. Muchos nervios, poco orgullo y nula capacidad de reacción. No parecían cracks de un club de la Superliga. Las constantes vitales han quedado tocadas después de sumar 4 de los últimos 15 puntos.
El Barça se ha quedado anclado en Lisboa, Liverpool y Roma. Pero ahora sufre rapapolvos también en la Liga y también en casa. Siete de los titulares participaron en el 2-8 del Bayern. Sergi Roberto está lesionado y De Jong estaba sancionado. Si no, podrían haber sido nueve.
Ya se sabe que en el fútbol es mejor echar a uno que a veinte, pero hay muchos futbolistas que salen en la colección del terror, que son sospechosos habituales. Jordi Alba tiene claro hacia dónde hay que mirar. Y no es al banquillo, donde Ronald Koeman se juega su continuidad de cara a la próxima temporada. “Los jugadores somos los culpables. Hay que mirar a los que estamos en el campo. Nos hemos vuelto un poco locos”, apuntó el lateral zurdo, asumiendo su responsabilidad. Sin embudos. Sin poner paños calientes. Con la crudeza que merecía el momento.
Koeman lamentaba la mala suerte. “Nos pasa en muchos partidos. Somos superiores al contrario y ellos llegan una vez y nos vamos 1-1 al descanso. Entonces, en el vestuario es humano tener dudas”, razonó. El técnico se jugó las pocas opciones que le quedaban con Riqui
RONALD KOEMAN Es humano tener dudas. Nos pasa muchas veces. Somos superiores y ellos llegan una vez y nos vamos 1-1 al descanso”
Puig en el campo y con un 4-3-3 de sistema. Incluso puso a Braithwaite y Trincão. En los últimos minutos hasta apareció Pjanic. Cada movimiento parecía un mensaje del técnico holandés como diciendo que no tenía más, que ya había quemado todos sus barcos.
Ni los 30 goles de Messi han bastado para tapar las carencias. “Ojalá que no sea el último partido de Leo en el Camp Nou. Hoy ha demostrado su efectividad. Todavía es el mejor jugador del mundo. Es imposible jugar sin él. Ha marcado 30 goles que han dado muchos puntos a este equipo. Si no vamos a tener a Leo, tengo dudas de quién va a marcar tantos goles”, le ensalzó el entrenador. Es una llamada de auxilio en toda regla. El Barça se le ha apagado la bombilla. ¿Hay alguien ahí?
JORDI ALBA Hay que mirar a los que estamos en el campo. En mi opinión, nos hemos vuelto un poco locos en la segunda parte”