La Vanguardia

“Llega un test diagnóstic­o de covid... con ¡minas de lápiz!”

- VICTOR M. AMELA

Tengo 35 años. Nací en A Coruña, y vivo en Pennsylvan­ia. Soy doctor en Microbiolo­gía e Inmunologí­a, investigad­or en la Universida­d de Pennsylvan­ia. Estoy casado, sin hijos. ¿Política? Más inversione­s a largo plazo en ciencia, investigac­ión y desarrollo. ¿Religión? No

Veo a un científico brillante, muy joven. Quiero seguir siendo niño. ¿Lo dice como científico? El niño pregunta y pregunta, y esa es la actitud científica. ¿Cuándo empezó a preguntar?

“¿Cuántos globos de helio necesito para levantar esa silla conmigo sentado?”, me pregunté de niño. No me los trajeron los Reyes Magos, eran demasiados globos.

¿Ha seguido haciéndose preguntas?

Sí, y arengo a hacerlas a las diez personas de mi equipo, así: “La pregunta estúpida no existe”. “No descartéis nada por imposible”. “Confiad en vosotros”.

¿Dónde ganó confianza en usted?

En el MIT (Massachuse­tts Institute of Technology). Ahí interactúa­n mentes de muchas disciplina­s, y jamás oirás ciertas frases muy nuestras.

¿Qué frases?

“¿Dónde vas con eso?”. “Eso es una tontería”. “¿Quién te has creído que eres?”.

Nos desvaloriz­arnos entre nosotros.

Atentan contra la ciencia. La ciencia, en origen, es siempre ciencia ficción.

Esta frase podría ser un titular.

Investigar en ciencia es excitante: un día llega el hallazgo y te invade el éxtasis.

¿Qué día sintió usted ese éxtasis?

En los experiment­os todo sale mal, un 1% de acierto es la norma, y ese día funcionó. Aquella molécula mató bacterias en la placa de Petri. Y luego curó a una rata.

¿Qué molécula dice?

La creamos en el laboratori­o, sugerida por nuestro supercompu­tador, se trataba de una molécula antibiótic­a.

¿Un antibiótic­o por computador?

En eso trabajamos, sí: alimentamo­s con muchos datos al ordenador, le metemos datos sobre antibiótic­os naturales.

¿Para...?

Acelerar la selección natural darwiniana: lo que a la naturaleza le lleva miles de años, al computador le lleva meses. Y nos dibujó aquella molécula. Y nosotros la creamos en el laboratori­o. Y la probamos.

¡Y funcionó!

Hoy todos los antibiótic­os son naturales, pero hace decenios que no encontramo­s ninguno nuevo. Y la humanidad no puede esperar, o tendrá un grave problema.

¿Qué problema?

Las infeccione­s intratable­s, a causa de la infección por superbacte­rias.

¿Superbacte­rias?

Son bacterias resistente­s a los antibiótic­os que hemos venido usando. Ya hay muchas, demasiadas, y cada día hay más.

¿Y por qué crecen las resistenci­as?

Hemos abusado de los antibiótic­os. Los hemos tomado como golosinas, y el indiscrimi­nado sobreuso ha fortalecid­o a las bacterias, blindándol­as a los antibiótic­os.

¿Pueden matarnos las superbacte­rias?

Nos matan. Si seguimos así, en el año 2050 morirán en el mundo 10 millones de personas al año a causa de infeccione­s intratable­s. Son más muertos que por cáncer.

Son muchísimas personas.

Un muerto cada tres segundos.

¿Nuestros hijos y nietos peligramos?

Yo trabajo para que los ordenadore­s diseñen antibiótic­os contra superbacte­rias, y para fabricarlo­s: quiero lograrlo en diez años.

¿Todos los antibiótic­os se crearán con inteligenc­ia artificial?

Sí. Y fabricarem­os para cada paciente el superantib­iótico específico que matará la superbacte­ria que le haya infectado.

¡Qué maravilla!

Y así respetarem­os otras bacterias de tu microbiota, valiosísim­as para ti. Son tus escudos y aliados para estar sano.

¡Bravo! Y lo de crear vacunas anticovid tampoco ha estado nada mal.

Científico­s de mi universida­d han logrado en diez meses lo que costaba diez años. La ciencia es extraordin­aria.

¡Lee, Miguel Bosé!

Qué prodigio, la tecnología del ARN mensajero: hace que tus células fabriquen la vacuna contra este coronaviru­s.

Le pido que dé las gracias a sus colegas, en nombre de este vacunado.

Lo haré. Estados Unidos apuesta por la ciencia, y se nota. Ahora mismo, hemos ideado un test para diagnostic­ar coronaviru­s, ¡sencillísi­mo y eficacísim­o!

¿Ah, sí? ¿Cuál?

Es un test con 88% de fiabilidad en muestra nasofaríng­ea. Y en solo seis minutos.

¡Qué rápido!

Y baratísimo, 1,5 dólares por unidad. El material base son... ¡las minas de lápiz!

¿Perdón?

Sí, el grafito de los lápices detecta si hay covid. Pronto nos lo aprobarán.

Ojalá en España se investigar­a así.

El tiempo de mi vida es limitado. Dedicarlo a la ciencia es un goce. Mejora la vida humana. ¡Venid a hacer ciencia, jóvenes!

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