La Vanguardia

La sostenibil­idad

- Joaquín Maudos Universita­t de València-ivie-cunef

Los datos publicados por el INE del exceso de mortalidad en el 2020 son sin duda la cara más dramática del brutal impacto de la covid. Se ha dejado notar en muchas dimensione­s de nuestras vidas, como la salud, las relaciones sociales, la desigualda­d económica, y el nivel de empleo y renta. En este último caso, el impacto se ha amortiguad­o gracias a medidas como los ERTE que han obligado a asumir un elevado nivel de deuda.

En el 2020, la deuda total de la economía española ha aumentado en 251.000 millones de euros (un 7,2%), de los que el 83% correspond­en a las AA.PP. El sector privado no financiero también ha incrementa­do su endeudamie­nto, aunque con mucha menos intensidad (44.000 millones, un 2,3%) y como combinació­n de un aumento del 4,4% de la deuda de las empresas (51.000 millones) y una caída del 1% en las familias (7.000 millones). Como porcentaje del PIB, y tomando como referencia la deuda consolidad­a, la deuda total se sitúa a final del 2020 en el 312,5%, 51 puntos porcentual­es por encima del 2019. De esos, 33 puntos correspond­en al sector público, 12,3 a empresas y 5,6 a las familias.

Si bien la parte más importante del aumento de la ratio deuda/pib se debe al hundimient­o del PIB (que ha caído un 10,8% en el 2020), el crecimient­o de la deuda también ha sido intenso, sobre todo la emitida por las AA.PP. Ello supone una enorme carga que hay que asumir en los próximos años y que exige una hoja de ruta encaminada a reducir de forma progresiva la deuda y asegurar así su sostenibil­idad.

Afortunada­mente el coste de esa financiaci­ón es cada vez menor gracias al BCE que ha llevado el tipo medio de la deuda pública en España al 1,66% y el tipo de las nuevas emisiones a terreno negativo hasta plazos a tres años. Pero algunos ya ven las orejas del lobo de la subida de tipos con la incertidum­bre creada por los datos más recientes de inflación y la posible reacción futura del BCE. De hecho, de enero a junio el tipo efectivo de las nuevas emisiones del bono a 10 años ha aumentado del 0,114% al 0,542%. Una pequeña subida del tipo de interés de la deuda supone una gran cuantía de costes financiero­s a pagar cuando la deuda pública está en un máximo histórico de 1,85 trillones (doce ceros) de euros. Así nos lo recuerda con acierto la Airef cuando estima que un aumento de 1 punto en el coste de la deuda supondría en el periodo 2021-2024 un aumento de 15.000 millones en el gasto público.

La ratio deuda pública/pib (deuda según el protocolo de déficit excesivo) ha escalado hasta el 125,2% del PIB y España es más vulnerable que otras economías ya que una parte importante de esa deuda está en manos de no residentes, lo que hace que necesitemo­s y mucho de su confianza para renovar los vencimient­os en los próximos años. Los no residentes poseen el 44% de la deuda del Estado, sin contar con la que está en el balance del BCE (29,7% del total). Necesitamo­s por tanto infundir confianza en los mercados y a ello ayudaría anunciar y concretar cómo vamos a hacer frente a semejante nivel de deuda. Es algo que se echa de menos en los programas remitidos a Bruselas. Urge diseñar y publicar el plan de consolidac­ión fiscal e implementa­r las reformas necesarias para asegurar la sostenibil­idad de nuestra deuda.

Urge diseñar y publicar el plan de consolidac­ión fiscal e implementa­r las

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