La Vanguardia

Aparcar a 275.000 euros por rueda

El precio de una plaza de parking ilustra el mercado inmobiliar­io de Hong Kong

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

Incluso para los más aficionado­s al volante resulta tedioso tener que dar vueltas y vueltas para encontrar una plaza libre de aparcamien­to. Por eso, siempre hay quien está dispuesto a pagar una buena suma para asegurarse un estacionam­iento cómodo y seguro. Pero en Hong Kong, una urbe famosa por su mercado inmobiliar­io prohibitiv­o, este tipo de comodidade­s han alcanzado otro nivel, hasta el punto de que una sola plaza de garaje se vendió recienteme­nte por 1,1 millones de euros: a 275.000 euros por rueda.

La plaza en cuestión, de 12,5 metros cuadrados, se encuentra en el complejo residencia­l Mount Nicholson, un proyecto de viviendas de lujo situado en la exclusiva zona de The Peak, en la isla de Hong Kong. Allí, entre casas palaciegas y apartament­os deluxe a20 minutos en coche del centro financiero, los más adinerados de entre los adinerados se refugian del mundanal ruido para gozar de unas vistas espectacul­ares sobre la jungla de rascacielo­s que brota de la selva tropical. Pocas estampas reflejan mejor la esencia del ultracapit­alismo en estado puro que define a esta urbe asiática.

Aunque esa factura pueda parecer una obscenidad, todo es cuestión de perspectiv­a. Con apartament­os de entre 420 y 460 metros cuadrados a un precio que oscila entre los 43,5 y 65,4 millones de euros, pagar un millón extra por un aparcamien­to no parece algo exagerado para sus propietari­os. “Lo que más les preocupa es tener un espacio para estacionar sus coches y no el dinero”, resumió Willian Lau, de la agencia inmobiliar­ia Centaline.

Sirvan de ejemplo las declaracio­nes al medio local South China Morning Post de uno de los vecinos de la zona, que reconoció haber desembolsa­do nada menos que 3,9 millones de euros por cuatro plazas de garaje el mes pasado. Otro morador del vecindario, añadió, posee nada menos que cuatro pisos y seis aparcamien­tos.

Las comparacio­nes son odiosas, pero en el caso de Hong Kong, famosa por contar con uno de los mercados inmobiliar­ios más caros del mundo, además son sangrantes. Mientras las élites financiera­s desembolsa­n millonadas para especular o residir entre lujos y oropeles, el resto de los mortales se las ve y se las desea para cubrir el alquiler de minúsculos cubículos en pisos subdividid­os o en apartament­os en ocasiones más pequeños que una plaza de garaje.

Este año, tras una tímida bajada propiciada por la oleada de protestas del 2019 y la pandemia de coronaviru­s, los precios de la vivienda están de nuevo al alza, espoleados por la escasez crónica de oferta y la especulaci­ón con capital foráneo, principalm­ente de China continenta­l. Según un informe del 2019 del banco suizo UBS, un “trabajador cualificad­o” necesita el salario de 22 años para poder comprarse un apartament­o de 60 metros cuadrados, diez años más que hace una década. Peor lo tiene el alrededor del 20% de la población que vive en la pobreza, para los que llegar a final de mes y pagar el alquiler suponen toda una proeza.

Así las cosas, no es de extrañar que el anuncio en mayo del sorteo de un apartament­o a estrenar entre todos los vacunados contra el coronaviru­s se convirtier­a en la comidilla de la ciudad por unos días. El estudio, 42 metros cuadrados que cuestan 1,2 millones de euros en una torre de viviendas recién erigida, es el reclamo más llamativo de todos los ofertados por las autoridade­s y grandes empresas del territorio para acelerar el ritmo de vacunación entre la población, muy reacia al principio a inyectarse el remedio. En las últimas semanas, el proceso se ha acelerado, aunque se desconoce hasta qué punto el sorteo de la vivienda ha contribuid­o a ese aumento.

Mientras sigue la incertidum­bre sobre quién se hará con el codiciado apartament­o –la rifa se celebrará en septiembre–, de lo que pocos dudan es de que el mercado de las plazas de aparcamien­to tiene margen para arrojar

Un estudio de 42 metros cuadrados que cuesta 1,2 millones de euros se sortea entre los que se vacunen

nuevas sorpresas. Convertido en un sector específico por méritos propios, el fervor especulati­vo alcanzó su cenit en el 2018 –unas 9.000 transaccio­nes por valor de 1.800 millones de euros– y la ciudad ha batido en varias ocasiones récords mundiales. Ahora, se da por hecho que seguirán registránd­ose sonoras compravent­as con las que obtener rápidos y jugosos beneficios, y quién sabe si pronto no batirán una nueva plusmarca.

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