Escritores y ermitaños
■ Uno de los precursores de la escritura de la naturaleza, Henry David Thoreau, construyó una cabaña donde vivió dos años. Sue Hubbell (Un año en
los bosques) vive aislada en una vieja granja. Cormac Mccarthy, que no va a actos sociales ni acepta entrevistas, hizo una excepción cuando No es país
para viejos, basada en su libro, ganó el Oscar, pero pronto volvió a aislarse en Nuevo México. J.D. Salinger no solo se resistía a dejarse ver sino que escribía sin parar... y sin publicar. También se mantiene en la sombra Bill Watterson, autor de las viñetas de Calvin y Hobbes, que protege del merchandising. Y Proust apenas salía de su dormitorio insonorizado con corcho.