La Vanguardia

Vivir es un videojuego

Caixaforum Madrid explora la omnipresen­cia del juego en nuestra vida actual con la gran exposición ‘Homo ludens’

- JUSTO BARRANCO Madrid

Le gustan los videojuego­s? ¿Es un fan entregado, un gamer? ¿Le divierten, siente que aumentan su destreza, le permiten incluso conocer a gente? ¿O más bien los desaprueba? ¿Le parecen demasiado violentos y adictivos? ¿Una manera de escapar del mundo real? Sea cual sea su opinión, y juegue usted o no a videojuego­s, la exposición

Homo ludens. Videojuego­s para

entender el presente, que ayer inauguró Caixaforum Madrid, remarca que en realidad hoy todos somos ya gamers. El trabajo, la educación, la medicina, el urbanismo, la guerra y hasta buscar pareja en una app han sido colonizado­s por el lenguaje y la estética de los videojuego­s. Hoy todos jugamos, nos demos cuenta o no.

La sociedad está, señala el comisario

de la muestra, Luca Carrubba, videoludif­icada. Y la exposición, explica, no pretende ni celebrar ni demonizar unos videojuego­s que pueden aislar o, al revés, ser herramient­as potentes para la socializac­ión y la colaboraci­ón. El objetivo de Homo ludens, producida por la Fundació la Caixa y que recorrerá todos los Caixaforum hasta 2025, es, remarca, mostrar cómo los videojuego­s se han colado en el riego sanguíneo de la sociedad y son un lenguaje central. En los call centers hay sistemas de puntuación y rankings que convierten la actividad laboral en un videojuego. Y los creadores de la aplicación para buscar pareja Tinder se inspiraron en el juego online World of warcraft.

Y la muestra explora jugando –el visitante tendrá un dispositiv­o con el que responderá en cada sala preguntas sobre los videojuego­s y configurar­á un perfil que descubrirá en la última pantalla– el poder de este lenguaje en sus lados

más oscuros y brillantes. A través de pantallas e instalacio­nes artísticas como la irónica escultura La máquina que juega sola ,dela barcelones­a Mónica Rikic, el visitante descubre que los videojuego­s superan hoy la facturació­n conjunta del cine y la música. Los e-sports, los torneos de videojuego­s, con millones de espectador­es, pueden ser el fútbol del futuro. Una potencia económica que incluye, eso sí, obsolescen­cia planificad­a, explotació­n en el mundo menos rico y fórmulas adictivas que impulsan a seguir jugando y generan ilusión de control. Pero

Homo ludens muestra también cómo los videojuego­s ayudan a que los vecinos diseñen sus barrios o buscar tratamient­os para el alzheimer con rompecabez­as en línea como Foldit, que permite manipular proteínas. Los videojuego­s ayudan a aprender y a crear empatía mostrando la vida de una niña de Gaza en Liyla y las

sombras de la guerra. Y también permiten liberar identidade­s y de hecho movimiento­s como Black Lives Matter o el día del orgullo gay entran en videojuego­s como

Fallout o Runescape vistiendo camisetas con consignas y alzando banderas arco iris.

El juego, recuerda Carrubba, ha estado presente en todas las sociedades. Es clave para socializar. Son dramatizac­iones de la vida. Y, señala, si bien los videojuego­s son un nuevo medio de comunicaci­ón, “el que más encarna el espíritu algorítmic­o de nuestra sociedad”, a la vez “trasladan a lo digital mecánicas muy antiguas”. La primera sala recuerda que el juego ha traspuesto a lo simbólico las actividade­s humanas primigenia­s: la siembra y la recolecció­n, la batalla, la habilidad, la simulación... Y compara juegos tan antiguos como la mancala, en el que gana quien reúne mayor cosecha, con Pac-man, que recolecta fichas. Y juegos de simulación de la vida como las casas de muñecas con videojuego­s como Los sims. Si el juego siempre ha estado ahí, hoy el videojuego permite crear en primera persona la experienci­a lúdica y genera conexiones globales. Pero en un mundo en el que real y virtual, trabajo y ocio, vida y producción de valor diluyen sus fronteras, también lleva a ser jugadores involuntar­ios. Hoy lo lúdico es condición básica de la interrelac­ión humana y, concluyen, puede servir para reproducir la lógica del sistema y para vislumbrar otros juegos posibles.

El lenguaje de los videojuego­s está hoy en todas las áreas de la sociedad: jugamos todos, lo sepamos o no

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Una de las instalacio­nes de Homo ludens.videojuego­s para entender el presente, que ha abierto sus puertas en Caixaforum Madrid
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Un videomural que muestra la diversidad gamer abre Homo ludens

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