Plan para demoler pisos en el Carmel
Plan municipal de emergencia para solventar un desaguisado gestado hace más de 10 años
La factura de la historia de abandono institucional, administrativo e inmobiliario del pasaje Sigüenza rondará los 20 millones de euros, millón arriba, millón abajo... Hasta 22 de edificios del barrio del Carmel de unos seis pisos cada uno serán expropiados y demolidos por el Ayuntamiento a fin de que no se caigan los unos sobre los otros.
Los primeros trabajos comenzarán en pocos días, en el número 95 del pasaje, y serán tan delicados que durarán unos cuatro meses, los obreros penderán de una cuerda que llaman cuerda de vida, enganchada a una gran grúa, para desmontar el inmueble ladrillo a ladrillo, sin pisar el edificio. Porque si ponen un pie en el maltrecho 95 cabe la posibilidad de que se derrumbe sobre el colindante, y que entonces se dé un terrible efecto dominó en todo el vial, porque aquí los inmuebles se apoyan los unos en los otros. Un montón de sismógrafos alertarán de cualquier movimiento.
A pesar de ello, muchos duermen aquí con miedo. El fantasma del socavón del metro aún sobrevuela estas calles. Y si uno se fija, ve que el 95 está inclinado, hacia adelante, y hundiéndose poco a poco. En realidad todo el pasaje se hunde lentamente. Hace un año el Ayuntamiento tuvo que desalojar tres fincas de modo urgente, el 95 y las colindantes, y la semana pasada no tuvo más remedio que hacer lo mismo en las tres que quedan a un lado.
El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ya dispone de unos cuantos millones, de los imprescindibles para acometer las primeras expropiaciones y demoliciones, y a toda velocidad busca el resto para solventar un desaguisado gestado hace más de diez años. Si durante estos lustros de abandono el Consistorio hubiera desarrollado el plan de reforma del Carmel que desde el 2010 mantiene afectadas unas 400 viviendas del barrio, no se encontraría ahora ultimando esta solución de emergencia y circustancias. La responsabilidad de lo que está pasando es de varios colores políticos. Y el ejecutivo de Colau no tiene ahora más remedio que asumir el brete, porque los edificios se caen.
Y, detrás, historias de barrio, de andaluces que construyeron estas fincas con sus manos, y las de sus hijos, que, atrapados en un limbo administrativo, vieron cómo todo se degradó poco a poco, hasta que los bomberos los sacaron de sus casas, hasta que los saqueadores se llevaron hasta los retretes... Que nos expropien y realojen, dicen, y terminemos de una vez con esta historia.
La edil de Horta-guinardó, la socialista Rosa Alarcón, dice que este pasaje es ya una prioridad municipal, que en este vial sí que se desarrollará el plan de reforma
Algunas viviendas serán deconstruidas ladrillo a ladrillo, con los obreros pendiendo de una grúa
del Carmel del 2010, que harán de esta crisis una oportunidad y solucionarán algunas cuestiones pendientes.
“Paso a paso –abunda la edil–, primero expropiar y luego demoler. Todo ello determinará la inversión final. Queremos que esto sea lo menos traumático posible, y la seguridad es primordial. Los técnicos estudian quiénes podrán recuperar algunas pertenencias. La situación es muy delicada. Ya comenzaron los trabajos previos de las tres primeras demoliciones, tan complejas que durarán cuatro meses. En septiembre terminaremos las expropiaciones de al menos otras dos fincas. Cada afectado tiene diferentes derechos. La mayoría de los desalojados el año pasado están en pisos puente, y buscamos viviendas de alquiler para el resto antes de fin de año. Por ahora hablamos de una veintena de familias. Los realojos definitivos han de estar listos antes de dos años, en pisos del Ayuntamiento ya construidos, si se puede cerca del barrio. Entre tanto seguiremos con el resto de expropiaciones y demoliciones, hasta llegar a las 22 fincas”.
Y luego, destaca Alarcón, el Ayuntamiento construirá aquí los pisos públicos que pergeñó en el
Los afectados reclaman celeridad al Ayuntamiento y que los saquen de una vez de su limbo administrativo