TMB asume el encargo de crear un Bicing metropolitano
Los responsables del proyecto quieren hacerlo compatible con el sistema ya existente en Barcelona
Las fronteras físicas entre Barcelona y su área metropolitana han quedado superadas para los ciclistas en los últimos años gracias a la construcción de carriles bici que facilitan las conexiones entre los municipios que forman un continuo urbano. Ahora que esos muros han caído y que la bicicleta cada vez tiene un papel más importante en la movilidad cotidiana, son muchos los que se preguntan por qué el Bicing se acaba allí donde se acaba el término municipal de la capital catalana.
El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), que ha ideado toda esa infraestructura de conexión segura entre municipios, quiere resolver la situación, y la semana que viene aprobará en el consejo metropolitano la creación de un servicio público de bicicleta compartida a escala metropolitana que disponga de más de 2.000 bicis, según el vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda.
La explotación se encargará a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), que en su plan estratégico ideado por el consejero delegado, Gerardo Lertxundi, ya apuntaba a la posibilidad de ofrecer bicicletas y patinetes como complemento al metro y los autobuses para potenciar la intermodalidad de los usuarios. Aun así, el procedimiento no será ni rápido ni sencillo ya que TMB deberá convocar un concurso público para la concesión del servicio, con las estaciones y las bicicletas, igual que Barcelona Serveis Municipals (BSM) lo hizo con el Bicing de la capital, en manos de Clear Channel durante una década y ahora gestionado por Pedalem Barcelona, la unión de empresas que utiliza las bicis de la canadiense PBSC y la gestión de Cespa.
La pregunta del millón es si el nuevo sistema metropolitano y el de Barcelona serán compatibles y la respuesta no se sabrá hasta que se resuelva el concurso. Si Pedalem Barcelona se presenta a la licitación y gana, sería relativamente sencillo ya que al fin y al cabo se asemejaría a una ampliación del contrato que ya tiene con Barcelona, aunque fuese con otras condiciones y particularidades. Si es otra compañía la seleccionada, dependerá de la voluntad de entendimiento que se establezca entre el nuevo concesionario y Pedalem Barcelona y la compatibilidad de las bicis. En el peor de los casos, se podrían crear estaciones de intercambio en los límites administrativos de Barcelona.
Para llegar a ese punto aún falta bastante. Antes, deberán aprobar un convenio de delegación de competencias todos aquellos ayuntamientos que estén interesados, lo que permitirá también definir el ámbito de actuación y el número de bicis que se acaba ofertando. Las grandes ciudades de la primera corona como l’hospitalet, Cornellà, Santa Coloma o Sant Adrià ya han mostrado su predisposición a implicarse, pero los responsables del proyecto quieren ir más allá.
El objetivo es que el nuevo servicio entre en funcionamiento después del verano del año que viene, cuando ya habrá finalizado el contrato actual del e-bicibox, un intento de Bicing metropolitano puesto en marcha hace cuatro años. Pese a la solidez de sus bicis eléctricas, no ha cuajado por el número tan reducido de vehículos (300) y estaciones (45) que ofrecía en un ámbito territorial extenso de diez municipios.
El objetivo del Àrea Metropolitana es que empiece a prestar servicio tras el verano del año que viene