Ecos de Brasil
En su último álbum, Do outro lado do azul, Andrea Motis se aleja del repertorio clásico del jazz norteamericano para sumergirse de lleno en las cálidas aguas de la música brasileña. Tras un par de años de exitoso rodaje en directo, la cantante y trompetista de Sant Andreu clausuró su gira de presentación el pasado martes en el festival Jardins de Pedralbes. Y lo hizo a lo grande, al frente de un noneto que contaba con las flamantes novedades del saxo tenor y clarinetista Lluc Casares y el percusionista brasileño Zé Luis Nascimento.
Andrea Motis, que mostró una esplendorosa madurez interpretativa, recorrió con buen estilo y mucha solvencia los diferentes ritmos de la música brasileña. Tras una brillante recreación de la Dança da solidão popularizada por Marisa Monte, la cantante se adentró con solvencia en el ámbito de la samba para cosechar la primera gran ovación de la noche a propósito de Pra que discutir con madame. Antes de abordar una bonita balada en catalán de autoría propia y en clave de bossa nova, Sense pressa, en el curso de la cual también destacó como trompetista, al igual que un inspirado Lluc Casares con el saxo tenor.
Dentro de un repertorio contrastado y bien equilibrado, Motis también versionó con encanto un tema del gran Jobim, Luiza ,a cuarteto y con el inestimable trabajo de Ignasi Terraza al piano. Para cambiar de registro, y ya con la banda al completo, ofrecernos un subyugante Choro de baile ,el único tema instrumental del lote, con el percusionista Zé Nascimento y el violinista Christophe Mallinger como principales protagonistas.
En el tramo final, Andrea Motis nos sorprendió con una composición de nuevo cuño de estilo precolombino, Filho de Oxum, que se benefició del exquisito quehacer de Mallinger con la mandolina y de Casares al clarinete. Antes de verter el Mediterráneo de Serrat en aguas afrobrasileñas y culminar su espléndido concierto con un original de Ignasi Terraza, Jo vinc, dedicado al genial Tom Jobim.