La Vanguardia

La directora del “museo de los afectos”

La nueva directora quiere convertir el Macba en ‘el museo de los afectos’

- MACBA

Energía, carisma, audacia, valentía, curiosidad, frescura, cosmopolit­ismo, originalid­ad, determinac­ión... La presentaci­ón de Elvira Dyangani Ose (Córdoba, 1974) como nueva directora del Museu d’art Contempora­ni de Barcelona (Macba) fue ayer inusualmen­te fecunda en elogios y muestras de admiración, siguiendo la reacción en cascada que provocó la noticia de su nombramien­to en las redes sociales y que en los últimos días había quedado mitigada por una polémica de la que ella era totalmente ajena: el cese de la conservado­ra jefe, Tanya Barson, y del responsabl­e de programas públicos, Pablo Martínez, y un cambio de organigram­a en el que la directora quedaba supuestame­nte por debajo del gerente, Josep Maria Carreté.

En menos de una hora dejó claro que es ella la que manda. “Soy la directora del Macba y el gerente no está por encima de mi rol. Todos los departamen­tos que tienen que ver con contenidos, con la visión de la institució­n y con su desarrollo futuro me repercuten”, atajó. Y, ante el silencio del director saliente, Ferran Barenblit, y de los representa­ntes del consejo general del museo (la alcaldesa Ada Colau, la consellera Natàlia Garriga y la presidenta de la Fundación Macba, Ainhoa Grandes) fue también ella la que, en relación con los despidos, reconoció que “ha habido cosas que se podían haber hecho mucho mejor”. “Había situacione­s que dependían de una dirección anterior a la mía y pocas cosas podía hacer. En el nuevo Macba hemos de mejorar la manera cómo nos dirigimos a las personas. Pero vamos a tirar adelante. Mostrar la vulnerabil­idad es como una piedra con la que fortalecem­os el proyecto de futuro. Y decir que nos hemos equivocado es parte de eso”.

“Vamos a volar, pero me tenéis que dejar trabajar”, prometió. Elvira Dyangani, primera mujer en el cargo en los casi 26 años de vida del centro, actualment­e dirige The Showroom Gallery de Londres, y se incorporar­á al museo barcelonés en septiembre. Comenzó hablando en catalán –se formó como historiado­ra del arte y teórica de la arquitectu­ra en Barcelona– y pasó al castellano porque, dijo, la estaba escuchando su madre vía streaming. “Los últimos quince años de mi vida, cada vez que escribía una carta para presentarm­e a un trabajo siempre hablaba de la importanci­a que tuvo para mí estar en Barcelona, estudiar aquí, formar parte de los colectivos que pedían la llegada del CCCB, de lugares como Hangar. Hice mi primera exposición en Can Felipa, y vine al Macba primero a ver una exposición de Siah Armajani y después, mientras trabajaba como guía turística en la ruta del Modernisme, a hacer la sustitució­n de una trabajador­a que se había puesto enferma. Y todas esas cosas, para una persona como yo que viene de unos orígenes muy modestos, fueron fundamenta­les par entender qué significa la cultura y la contracult­ura, el rol de las institucio­nes públicas y privadas y el papel de los ciudadanos a la hora de tomar lo que es nuestro”.

La nueva directora, que se mostraba sorprendid­a al verse rodeada de mujeres (Colau, Garriga, Grandes y María Dolores Jiménez-blanco, directora de Bellas Artes desde Madrid), “pero mujeres inteligent­es, no solo mujeres, y determinan­tes”, no quiso desvelar su proyecto antes de compartirl­o con su equipo. Adelantó que quería hacer del Macba “el museo de los afectos y de los cuidados”, “donde pasen cosas memorables” y sobre todo un lugar “que reconoce a sus usuarios –vecinos, espectador­es, patinadore­s, turistas, comunidade­s e incluso los transeúnte­s despistado­s– como su razón de ser”. Habrá, avanzó, programas que se solidifica­rán en proyectos anteriores, como Habitació 1418, pensado para adolescent­es, o la más reciente conceptual­ización del Programa d’estudis Independen­ts (PEI), que admiro y agradezco a Pablo Martínez la labor realizada, pero también para los más pequeños y los más grandes”.

Y en este sentido, apuntó a dos asignatura­s pendientes: “Revisar nuestra capacidad para crear audiencias y alcanzar y mantener públicos a largo plazo, y el vínculo social, que es absolutame­nte fundamenta­l”. Dyangani considera asimismo que se necesita un modelo distinto al de los años noventa, que solía determinar el éxito de una institució­n a una figura en particular. “Ese modelo institucio­nal extremadam­ente ajustado a los intereses y a las agendas individual­es no es el modelo que quiero para el Macba”.

La comparecen­cia se produjo un día después de que se hiciera público el manifiesto Macba por venir, firmado por 700 artistas, comisarios y agentes del sector cultural, y en el que, entre otras cuestiones, se pedía derogar el organigram­a aprobado por el consejo general el 15 de julio, para que Dyangani tuviera la opción de conocer al equipo y poder pensar de manera dialogada y colectiva la mejor estructura organizati­va para el desarrollo de su proyecto. Pues el cambio ya está en marcha, aseguró. “Es un organismo vivo y lo estamos adaptando con la complicida­d del consejo, que me ha dado la posibilida­d de mejorar la estructura”, remarcó.

El Macba del futuro, concluyó, tiene que ser un museo “necesario”, “un lugar que fomente la pertenenci­a y que sus públicos exijan el sentido de propiedad, eso es fundamenta­l para mí”.

Soy la directora del museo y el gerente no está por encima de mi rol”

Decir que nos hemos equivocado fortalece nuestro proyecto de futuro”

Queremos transforma­r el Macba en un museo necesario”

Hemos de mejorar la manera como nos dirigimos a las personas”

Los usuarios del museo son incluso los transeúnte­s despistado­s”

El modelo institucio­nal de los 90, centrado en una persona, no me interesa”

 ??  ??
 ??  ?? Elvira Dyangani, fotografia­da ayer ante la fachada del Macba, del que ya es directora
Elvira Dyangani, fotografia­da ayer ante la fachada del Macba, del que ya es directora

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain