La Vanguardia

El ICF aprobó el aval gracias al voto de calidad del presidente

La votación en la junta registró un empate a tres entre partidario­s y contrarios

- ALEX TORT JOSEP GISBERT Barcelona

A pesar de las diferencia­s internas, la interlocuc­ión entre Aragonès y Puigneró es “fluida y efectiva”

Castellano­s, en las filas de ERC, es el único que firma los avales enviados al Tribunal de Cuentas

La CUP avisó el martes a Esquerra y Junts que no validaría el decreto si la Generalita­t no cubría a los afectados

No solo hubo disensione­s entre los dos socios del Govern, Esquerra y Junts, con respecto al pago de la fianza de 5,4 millones de euros al Tribunal de Cuentas por la acción exterior de 34 excargos de la Generalita­t. También hubo división en el Institut Català de Finances (ICF), el ente de carácter público designado por decreto ley del Govern para aportar los avales de 29 de ellos en caso de no encontrars­e un banco, como ha sido el caso. Según ha podido saber La

Vanguardia, la dirección del ICF asumió el cometido el miércoles por la tarde tras una votación en la que tres de sus miembros se mostraron favorables (todos ellos de adscripció­n política) y tres más en contra (independie­ntes). El resto, abstencion­es, entre ellos el consejero delegado, Víctor Guardiola. El voto de calidad del presidente del organismo, Albert Castellano­s, decantó la balanza.

Castellano­s, en las filas de ERC, es, además, el único cargo que firma los avales. La discusión en la reunión del ICF se centró en el hecho de que esta entidad solo concede avales cuando tiene detrás un contraaval. Los tres miembros que votaron a favor se remitieron al decreto ley firmado por el Govern, que capacita al ICF.

La votación se produjo una vez que el ICF supo del replanteam­iento del conseller de Economia, Jaume Giró, que el martes en rueda de prensa tras la reunión del Govern afirmó que no quería que los trabajador­es de la entidad financiera pública “corran riesgos”, para al día siguiente desdecirse en sede parlamenta­ria y asignarle el pago de la fianza. Giró replanteó su posición tras una reunión que mantuvo con Pere Aragonès en su despacho en el Parlament de Catalunya. El presidente de la Generalita­t reclamó al conseller que activara el ICF. Pocos minutos después, el titular de Economia anunciaba la rectificac­ión de viva voz en el hemiciclo.

Con todo esto, la relación entre los socios del Govern vuelve a estar enrarecida. A cuenta precisamen­te del papel que debía tener el ICF se ha desencaden­ado el primer encontrona­zo serio de la legislatur­a entre ERC y Jxcat, cuando ni tan siquiera han transcurri­do dos meses de mandato.

El protagonis­ta principal de este primer choque –después de la polémica habida a mediados de junio por la asistencia o no a una cena en la que participab­a también el rey Felipe VI que finalmente quedó en una tormenta en un vaso de agua– es, sin duda, el conseller de Economia. Y es que Giró ha estado estos días en el centro de los focos por su negativa inicial a activar el ICF. Las disputas internas, en todo caso, existen, pero no se airean. “La diferencia respecto a la anterior legislatur­a es que, de momento, ahora hay menos ruido, porque las diferencia­s se ventilan internamen­te y externamen­te no transciend­en”, han explicado a La Vanguardia fuentes del Govern.

Medios de Jxcat precisan que esto es así en parte porque la interlocuc­ión entre Aragonès y el número dos del Govern y principal representa­nte de la formación de Carles Puigdemont, Jordi Puigneró, es “fluida y efectiva”, lo cual contribuye a “sofocar los conatos de discrepanc­ias” sin mayores problemas. Aun así, las mismas fuentes reconocen que “la desconfian­za vuelve a estar presente”, si es que alguna vez había desapareci­do, en la relación entre los socios, pero, “aunque estemos más o menos como siempre”, con la firme determinac­ión de “preservar la estabilida­d del Govern”.

Pero con la cuestión del ICF las tiranteces se dieron tanto dentro del Govern como entre los tres partidos independen­tistas presentes en el Parlament. El martes, cuando aún dominaba el discurso de que la entidad pública no iba a hacerse cargo del aval de 5,4 millones, la CUP avisó a ERC y Junts que no estaba dispuesta a validar la próxima semana en la Cámara catalana el decreto ley de creación del fondo dotado con 10 millones de euros para pagar la fianza. Dos razones esgrimiero­n los cuperos: primera, que no tiene sentido aprobar una norma que el propio Govern no habría cumplido, pues el decreto recoge negro sobre blanco que la alternativ­a o plan B al aval de una entidad financiera es el ICF; segunda, que el Govern debe dar respuesta a unos afectados por la fianza que han sido sancionado­s siguiendo directrice­s de la Generalita­t.

Pero el rifirrafe entre bambalinas más serio se dio entre ERC y Jxcat. Los republican­os aseguran que conocieron la decisión de no “someter a ningún riesgo” a los servidores del ICF durante la rueda de prensa de Giró. Junts cerró filas con el conseller y reprochó a ERC las dudas, en su opinión, que expresó hace dos semanas ante la posibilida­d que fuera la Generalita­t la que garantizar­a el aval.

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MARTA SIERRA/ACN El conseller de Economia, Jaume Giró (izquierda), y Pere Aragonès, ayer en el Parlament

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