La belleza no demuestra nada
Al recoger las vacas en su caserío de Elgeta, Marcaide ya se fijaba en la posición de las estrellas y, desde entonces, no ha dejado de estudiarlas para ayudarnos a conocerlas. Siempre desde la observación, la experimentación y la evidencia ha investigado los chorros cerca de los agujeros negros masivos y, cuando estalló la supernova en 1993, su aportación fue seminal para recrear la película entera del fenómeno, que aún fascina a los astrofísicos. Por eso, no puede reprimir ahora la ironía cuando polemiza con Michiu Kaku, que aquí en La Contra defendió la belleza de su teoría de la supersimetría como evidencia de que era cierta: “Solo cuando un experimento ya ha demostrado algo aparece alguien que te dice que él lo había anticipado en no sé qué teoría suya. Los teóricos lanzan 200 teorías y, claro, al final en alguna aciertan”.