Frente rural para luchar contra la despoblación
Un grupo de alcaldes prepara un decálogo de medidas para que los pueblos sobrevivan
“Estamos en la uci. El siguiente paso suponemos que es la intubación. Y de aquí a la defunción, estamos en una situación de alerta, de extenuación y de medidas quirúrgicas. A medio plazo, nuestros pueblos se vaciarán, morirán. Se mueren”. Así se expresan dos alcaldes de la demarcación de Lleida, Jaume Gilabert, de Montgai –expresidente de la Diputación de Lleida– y Omar Noumri, de Castelló de Farfanya, dos municipios de la Noguera, con un censo de 650 y 539 habitantes respectivamente, dos casos representativos del territorio que se vacía, que se abandona, que se despuebla.
Ambos forman parte del primer núcleo de un Grup de Treball que se ha ido componiendo durante este mes de julio y que se denomina a sí mismo Eines de Repoblament Rural, con un objetivo, ofrecer desde el mundo rural que se despuebla soluciones sencillas y válidas a las administraciones superiores
con las que luchar contra la despoblación. El diagnóstico sobre la gravedad de la situación
se basa en el estudio Nous índex de
relleu generacional al món rural de Ignasi Aldomà y Josep R. Mòdol de la Universitat de Lleida (UDL).
Según este estudio, 200 municipios de Catalunya, 89 de los 231 de la demarcación de Lleida, se encuentran en situación crítica de despoblación. Entre los 200 municipios con peor dinámica, 163 tienen menos de 500 habitantes, 32 entre 500 y 1.000, y cinco entre 1.000 y 2.000. La mayoría son municipios pequeños con una estructura envejecida de la población y escasa y poco diversificada actividad económica, a menudo con un nulo desarrollo industrial y un nivel de servicios claramente insuficiente. La actividad agraria, principal empleador laboral, se ha mecanizado. “Hay claramente dos Catalunyas, la urbana y la rural y, mientras la urbana continúa creciendo, la rural continúa en regresión. El país no se reequilibra, al contrario, se hace más desequilibrado”, explica Ignasi Aldomà.
Los autores del estudio concluyen que hay que pasar a la acción con medidas contundentes para
Eines de Repoblament Rural propone actuaciones concretas a las administraciones superiores
evitar la despoblación de la Catalunya rural y que la renovación generacional viene, sobre todo, de inmigración joven de origen extranjero que “se comporta en función de las necesidades del mercado de trabajo e informaciones de reclamo”. “En estos municipios por la estructura demográfica actual solo se podría revertir la situación con contingentes de población migrada joven”, afirma Josep R. Mòdol.
Las localidades en riesgo se concentran, mayoritariamente, en las comarcas del Pirineo y el Prepirineo como Pallars Jussà y Pallars Sobirà, Solsonès, Alt Urgell, Noguera o Berguedà. En cuanto a la franja entre Lleida y el Camp de Tarragona, los municipios más afectados se encuentran en las Garrigues, Conca de Barberà y el Priorat. En las Terres de l’ebre, destacan la Terra Alta y la Ribera d’ebre.
“El estudio de la UDL nos confirmó nuestra decepción profunda con las administraciones y su falta de respuesta”, afirma Jaume Gilabert. “El mapa de color rojo, el despoblamiento, y la franja verde de la costa, superpoblación, viene a decir que a lo sumo, nuestros municipios, pueden resistir treinta años, siendo muy optimistas.
“Con los datos y tendencias actuales, resistiremos a lo sumo unos treinta años”