Johnson quiere dar amnistía a los soldados por los crímenes en el Ulster
Las familias de las víctimas de ‘asesinatos de Estado’ exigen que se haga justicia
La mitad de las mil doscientas muertes durante los años de plomo del Ulster que siguen siendo investigadas por la policía de la provincia son atribuidas a miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y paramilitares lealistas, pero ahora el Gobierno de Boris Johnson quiere pasar página, amnistiar a todos los responsables, cerrar los casos y abrir un proceso de “verdad y reconciliación” al estilo de la Sudáfrica de Mandela.
Los familiares de las víctimas de los asesinatos de Estado y los partidos nacionalistas y no sectarios se niegan rotundamente a ello, y han anunciado que van a luchar con todas sus fuerzas para impedir que Londres se salga con la suya y llevar el asunto si es necesario a los tribunales europeos de derechos humanos. “Es un plan maquiavélico e inhumano que privaría a mucha gente de lo único que le queda, que se haga justicia”, afirma Mary Lou Mcdonald, la presidenta del Sinn Féin.
El ejército británico lleva tiempo presionando muy fuerte a Johnson para que conceda la amnistía, con el argumento de que los supuestos responsables de las muertes de quinientos soldados durante los troubles gozan en la práctica de inmunidad como consecuencia de los acuerdos del Viernes Santo, pero no así los militares, policías, soldados e integrantes de los servicios de inteligencia a quienes se les atribuyen delitos de sangre. Muchos de ellos han sido llevados a los tribunales en casos civiles, ante las dificultades de obtener veredictos criminales de culpabilidad dado el tiempo transcurrido.
Según el Ministerio de Defensa, los asesinos de 516 soldados nunca han sido encontrados o castigados, y los casos, abandonados, mientras que, en cambio, los militares tienen sobre sus cabezas la espada de Damocles de posibles acusaciones por episodios como el domingo sangriento de 1972 en Derry, en que el ejército británico mató a 13 civiles, o las diez muertes de Ballymurphy (un barrio de Belfast) en 1971, cuyas víctimas –entre ellas un sacerdote católico– han sido declaradas “totalmente inocentes” por una reciente investigación, en contra de la teoría oficial de que se trataba de terroristas armados.
De las 3.720 muertes contabilizadas en el conflicto del Ulster, un 90% han sido atribuidas a paramilitares de ambos bandos, y el restante 10% son crímenes de Estado perpetrados por soldados o policías, aunque en muchos casos los militantes unionistas actuaron con la colaboración y el respaldo de los agentes gubernamentales, como la ejecución del abogado republicano Pat Finucane.
Hace pocas semanas dos soldados
La idea de Downing Street es un proceso de reconciliación entre víctimas y acusados como en Sudáfrica
fueron declarados inocentes por un tecnicismo del asesinato de Joe Mccann, un comandante del IRA, pero el juicio causó profunda irritación en el ejército e impulsó a Johnson a proponer su plan para una amnistía que se aplicaría a todos los sospechosos, tanto militares como exterroristas. El primer ministro propone que, en lugar de los tribunales, haya un proceso oral al estilo sudafricano en el que víctimas y acusados intenten reconciliarse.
En virtud de los acuerdos de paz, los civiles solo pueden ser castigados a un máximo de dos años de prisión por crímenes cometidos durante los troubles de los que sean juzgados a posteriori. Los soldados se quejan de que para ellos no existe ese límite, cuando muchas de las atrocidades de que fueron víctimas, como el asesinato de 18 de ellos en Warrenpoint en 1979, siguen impunes.