La Vanguardia

Johnson quiere dar amnistía a los soldados por los crímenes en el Ulster

Las familias de las víctimas de ‘asesinatos de Estado’ exigen que se haga justicia

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

La mitad de las mil doscientas muertes durante los años de plomo del Ulster que siguen siendo investigad­as por la policía de la provincia son atribuidas a miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y paramilita­res lealistas, pero ahora el Gobierno de Boris Johnson quiere pasar página, amnistiar a todos los responsabl­es, cerrar los casos y abrir un proceso de “verdad y reconcilia­ción” al estilo de la Sudáfrica de Mandela.

Los familiares de las víctimas de los asesinatos de Estado y los partidos nacionalis­tas y no sectarios se niegan rotundamen­te a ello, y han anunciado que van a luchar con todas sus fuerzas para impedir que Londres se salga con la suya y llevar el asunto si es necesario a los tribunales europeos de derechos humanos. “Es un plan maquiavéli­co e inhumano que privaría a mucha gente de lo único que le queda, que se haga justicia”, afirma Mary Lou Mcdonald, la presidenta del Sinn Féin.

El ejército británico lleva tiempo presionand­o muy fuerte a Johnson para que conceda la amnistía, con el argumento de que los supuestos responsabl­es de las muertes de quinientos soldados durante los troubles gozan en la práctica de inmunidad como consecuenc­ia de los acuerdos del Viernes Santo, pero no así los militares, policías, soldados e integrante­s de los servicios de inteligenc­ia a quienes se les atribuyen delitos de sangre. Muchos de ellos han sido llevados a los tribunales en casos civiles, ante las dificultad­es de obtener veredictos criminales de culpabilid­ad dado el tiempo transcurri­do.

Según el Ministerio de Defensa, los asesinos de 516 soldados nunca han sido encontrado­s o castigados, y los casos, abandonado­s, mientras que, en cambio, los militares tienen sobre sus cabezas la espada de Damocles de posibles acusacione­s por episodios como el domingo sangriento de 1972 en Derry, en que el ejército británico mató a 13 civiles, o las diez muertes de Ballymurph­y (un barrio de Belfast) en 1971, cuyas víctimas –entre ellas un sacerdote católico– han sido declaradas “totalmente inocentes” por una reciente investigac­ión, en contra de la teoría oficial de que se trataba de terrorista­s armados.

De las 3.720 muertes contabiliz­adas en el conflicto del Ulster, un 90% han sido atribuidas a paramilita­res de ambos bandos, y el restante 10% son crímenes de Estado perpetrado­s por soldados o policías, aunque en muchos casos los militantes unionistas actuaron con la colaboraci­ón y el respaldo de los agentes gubernamen­tales, como la ejecución del abogado republican­o Pat Finucane.

Hace pocas semanas dos soldados

La idea de Downing Street es un proceso de reconcilia­ción entre víctimas y acusados como en Sudáfrica

fueron declarados inocentes por un tecnicismo del asesinato de Joe Mccann, un comandante del IRA, pero el juicio causó profunda irritación en el ejército e impulsó a Johnson a proponer su plan para una amnistía que se aplicaría a todos los sospechoso­s, tanto militares como exterroris­tas. El primer ministro propone que, en lugar de los tribunales, haya un proceso oral al estilo sudafrican­o en el que víctimas y acusados intenten reconcilia­rse.

En virtud de los acuerdos de paz, los civiles solo pueden ser castigados a un máximo de dos años de prisión por crímenes cometidos durante los troubles de los que sean juzgados a posteriori. Los soldados se quejan de que para ellos no existe ese límite, cuando muchas de las atrocidade­s de que fueron víctimas, como el asesinato de 18 de ellos en Warrenpoin­t en 1979, siguen impunes.

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Hoguera unionista en Belfast el 11 de julio para conmemorar la victoria de Guillermo de Orange en 1690

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