Amistades Peligrosas sella la paz al llegar a los treinta
Cristina del Valle y Alberto Comesaña firman ‘Alto el fuego’
La historia del pop en español da para una extensa lista de cantantes y formaciones relevantes entre los que no pueden faltar Amistades Peligrosas. En 1989, Cristina del Valle (Oviedo, 1960) y Alberto Comesaña (Vigo, 1960) transformaron su relación personal en un dueto artístico que acabó por devorarse a sí mismo y provocó una ruptura en el año 1998 con la que cada uno siguió su camino por separado. Tres décadas después de su creación, los cantantes han sellado la paz con Alto el fuego, título de su nueva canción, para celebrar el 30.º aniversario por los escenarios de España y Latinoamérica.
El reencuentro ha sido posible gracias a una pequeña encerrona para que coincidieran y ocurriera lo que muchos deseaban: que acercasen posiciones para volver como grupo. “Tenemos un legado común que se llama Amistades Peligrosas, un legado musical, de una puesta en escena, de una forma de entender e interpretar la música… Eso nos une”, asegura Comesaña, quien admite que la presión de los fans para que esto sucediese ha sido constante a lo largo de estos años.
Y es que si hay algo que diferencia a Amistades Peligrosas es, precisamente, su puesta en escena y las letras de sus canciones. El grupo puso sobre la mesa cuestiones tan peliagudas como el aborto, la eutanasia o la inmigración, algo que en algún caso provocó alguna incomodidad en los despachos. “Pasó con Africanos en Madrid al principio. Por lo que nos cuenta el autor, el tema lo había hecho para Ana Belén pero ella se negó a cantarla porque el africano en esa época, a principios de los noventa, era el traficante de caballo de la Gran Vía. Recuerdo que ahí hubo controversia en EMI”, explica el vigués. “La compañía no veía claro que la lanzáramos. Pero nosotros lo tuvimos clarísimo y fue un impacto. La canción se convirtió en un himno”, añade Del Valle, orgullosa de lo hondo que caló este tema.
A las letras hay que sumar las actuaciones, donde el dueto jugaba con la sensualidad hasta el límite de lo permitido, aprovechando su química como pareja sentimental para prender la mecha de la provocación en escena. “Nosotros siempre hemos tratado los temas con elegancia y no hemos pasado nunca el límite de lo que es soez o de lo políticamente incorrecto” comentan a la vez que reflexionan que “lo más fuerte que se dijo fue “te voy a meter mano”, en alusión a Estoy por ti, la canción con la que debutaron.
Atrevidos como pocos, Amistades Peligrosas también fueron pioneros en cuanto a la defensa del feminismo y a denunciar la discriminación de género. “Desde el minuto cero teníamos muy claro eso. Tratábamos la sexualidad como dos seres iguales, hasta nos atrevimos a reinventar la Biblia y a decir que Dios hizo al hombre y a la mujer iguales”, recuerda Del Valle sobre el tema Génesis, incluido en el disco La última tentación. Para ella, incansable activista, la música se entiende como un instrumento para remover conciencias y lograr un cambio social: “Que de pronto una niña que está en una casa de acogida y que es víctima de abusos, al hablar con ella y decirle que yo también lo fui, te diga: ‘¿Yo también, aunque sea víctima de violencia y esté aquí, alguna vez podré ser artista?’. Eso para mí cambia el mundo”.
Amistades Peligrosas regresa a lo grande, con actuaciones por toda España a lo largo de este verano, la edición de un disco de grandes éxitos a finales de año y una gira al otro lado del charco donde siguen habiendo incondicionales ávidos de verles de nuevo en directo. Sobre los conciertos, adelantan que “están todos los éxitos e incluimos Alto el fuego como tema inédito. Y por supuesto que sí, mantenemos la química en el aspecto más sensual y sexual”.
Esta bomba musical llega en una era pospandémica donde la oportunidad de revivir tiempos felices desde la música es una necesidad, independientemente de la edad que se tenga.●
“Por supuesto que sí, mantenemos la química en el aspecto más sensual y sexual”, explica el dúo