Miró, Gaudí y sus afinidades creativas, en el Museu Can Mario de Palafrugell
Para la Fundació Vila Casas es la muestra más importante de su historia
“Creo que en mi modo de trabajar hay grandes afinidades con Gaudí”. Esta frase que Joan Miró incorporó en su cuaderno de anotaciones entre los años 1942 y 1943, cuando sin abandonar la pintura empieza a interesarse por la escultura y se fija en la obra modelada de Gaudí, abre la exposición Miró, Gaudí, Gomis. El sentit màgic de l’art, una muestra que refleja el impacto y la influencia que el arquitecto de Reus ejerció sobre Miró. La exposición, que se puede ver a partir de mañana en el museo de escultura contemporánea que la Fundació Vila Casas tiene en Palafrugell, presenta cincuenta obras del fondo de la Fundació
Joan Miró, entre esculturas, pinturas y dibujos, que dialogan con la obra arquitectónica de Gaudí, presente en esta muestra a partir de las instantáneas y fotolibros del fotógrafo Joaquim Gomis.
Se trata, en palabras del director de arte de la Fundació Vila Casas, Àlex Susanna, de “la exposición más importante” de la entidad en sus veinte años de vida al conectar “dos de las personalidades creativas más universales que ha dado la cultura catalana”
En un laborioso trabajo de investigación realizado por las comisarias Teresa Montaner y Ester Ramos, que les ha llevado a sumergirse entre las más de 10.000 obras del fondo de la Fundació Joan Miró, la exposición permite al visitante descubrir las múltiples afinidades creativas entre los dos artistas, que coincidieron en la década de 1910 en el Cercle Artístic de Sant Lluc.
Y entre estas similitudes, destaca su relación con la naturaleza. La comisaria Teresa Montaner explica que ambos artistas entendían la naturaleza como “el principal generador de sus creaciones”. Así, mientras Gaudí se inspiraba en ella para crear ornamentos o elementos estructurales; Miró, siguiendo el ejemplo de Gaudí, moldeaba objetos de su entorno cuotidiano o elementos de la naturaleza como calabazas que luego incorporaba a sus esculturas. Entre el material inédito, unos dibujos de Miró de 1951 que luego acabaría convirtiendo en esculturas.
La importancia que la naturaleza tiene para Miró se refleja en la primera obra del recorrido expositivo: un autorretrato que realizó en 1938, mientras vivía exiliado en París, en el que manifiesta que se quiere metamorfosear con las rocas de Montserrat. Una orografía presente también en la obra gaudiniana con la gran roca que corona el portal de la Esperanza de la Sagrada Família.
Otra gran afinidad entre ambos está en el procedimiento escultórico. Montaner explica que cuando Miró se inició en la escultura en bronce, tuvo muy presente los materiales y procedimientos técnicos que utilizaba Gaudí. Esa semejanza se puede ver, por ejemplo, en sus primeras esculturas, que reproducen imágenes de un mundo mitológico, realizadas con la técnica del modelado en la fundación Gimeno. Unas esculturas que recuerdan a las chimeneas y torres de ventilación de la azotea de La Pedrera. Por otra parte, siguiendo el ejemplo de Gaudí, Miró modelaba objetos de su entorno cotidiano y elementos de la naturaleza que iba acoplando a sus esculturas.
La forma de espiral o de círculo, presentes en la obra de ambos artistas, es otro de los puntos en común que destaca la comisaria Montaner, así como la técnica del trencadís, el mosaico realizado con fragmentos de cerámica que tiene en el Park Güell su máximo exponente y que se convirtió en una gran fuente de inspiración para Miró en el diseño de los murales de la Unesco en París (19561957), en las cerámicas y esculturas para el Laberint de la Fondation Maeght en Sant Pau de Vença, en Francia, (1963), en el
La muestra reúne más de 50 obras, entre esculturas, dibujos y pinturas de la Fundació Joan Miró
Miró homenajeó a Gaudí en 1979 con varias series de grabados, presentes en esta exposición
mosaico Pla de l’os (1976) de la Rambla de Barcelona y en otras obras públicas como Dona i ocell (1981-1982).
Montaner destaca el “guiño” a la técnica del trencadís con la que Miró homenajea al arquitecto de Reus, uno de los artistas que más le inspiró. Lo hizo con la Serie
Gaudí, un conjunto de 21 aguafuertes y los siete de la serie Enrajolats, realizados en 1979, presentes en esta muestra.
“Que una persona sea capaz de realizar estas series en reconocimiento al legado que ha recibido es de una gran generosidad”, destaca Montaner.