La Vanguardia

El BCE levanta la recomendac­ión a la banca de no repartir dividendos

La medida pone fin a año y medio de límites a la retribució­n de los accionista­s

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La crisis pandémica aún está viva, pero el Banco Central Europeo (BCE) cree que se dan ya las circunstan­cias para relajar un tanto la regulación prudencial, esa que trata de asegurar la solvencia y el cumplimien­to de la normativa bancaria en la eurozona. Por eso, la entidad que preside Christine Lagarde decidió ayer levantar a partir de septiembre la recomendac­ión –que el mercado toma como una orden de obligado cumplimien­to– de que las entidades financiera­s no repartan dividendos.

En un comunicado, el BCE dijo que “los supervisor­es evaluarán los planes de capital y de reparto de dividendos de cada entidad dentro del proceso de supervisió­n normal”. La decisión se produce tras año y medio de vigencia de una medida que tenía por objeto asegurar que los bancos estuvieran bien capitaliza­dos ante la mayor recesión en 90 años.

En marzo del 2020, tras declararse la pandemia de la covid, Lagarde y su equipo de gobernador­es optaron por indicar el camino a los bancos para que se centraran en “aumentar su capacidad de absorción de pérdidas y de respaldar la concesión de crédito a los hogares, a las pymes y a las grandes empresas”. Para eso, limitaron tanto los dividendos como las recompras de acciones por parte de las entidades, que son dos formas de retribuir al capital.

Los bancos llevan más de un año reclamando el fin del veto fáctico a los dividendos –desde marzo, estaba limitado al 15% de los beneficios– porque creían que esta medida lastraba su cotización bursátil por el agravio comparativ­o frente a otras alternativ­as de inversión, tanto en bolsa como fuera de ella. Esta semana, cuando el mercado empezó a descontar la decisión del BCE, el índice Eurostoxx Banks se ha disparado un 5%.

Bloomberg recordó ayer que diez de los bancos más grandes de la eurozona tienen más de 22.000 millones de euros reservados para recompensa­r a los accionista­s. Entre todos ellos, BNP Paribas, BBVA, ING, Intesa Sanpaolo y Nordea Bank tienen las mayores reservas no distribuid­as. Ahora, la tentación puede ser la de repartir muy buenos dividendos a los accionista­s.

Sin embargo, esto no es en absoluto lo que pretende el BCE con el fin de la austeridad retributiv­a. Al contrario, en la nota citada antes, el banco central recuerda que “las entidades deben mantener la prudencia al tomar sus decisiones sobre dividendos y recompra de acciones, consideran­do detenidame­nte la sostenibil­idad de su modelo de negocio”. El BCE advierte también que las entidades “tampoco

El banco central avisa de que hay que ser prudentes porque la morosidad repuntará con el fin de las ayudas

tienen que infravalor­ar el riesgo de que las pérdidas adicionale­s puedan tener posteriorm­ente un impacto en la evolución de su capital a medida que se vayan retirando las medidas de apoyo”.

En efecto, los estímulos han inundado de liquidez a las empresas y han evitado una catarata de impagos y de concursos de acreedores. La morosidad bancaria está controlada, en torno al 2,5% de la cartera crediticia, según datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Pese a esto, el BCE ha alertado en reiteradas ocasiones que los estímulos pueden haber contribuid­o a una cierta zombificac­ión de la economía. Y cuando desaparezc­an las ayudas, los más débiles caerán y la mora subirá. Por eso, no hay que bajar la guardia.

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Christine Lagarde, presidenta del BCE

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