La Vanguardia

“Los judíos de EE.UU. son hoy más críticos con Israel”

- FÉLIX FLORES Periodista y activista estadounid­ense Alison Weir

Alison Weir lleva 20 años dedicada al conflicto central de Oriente Medio y fundamenta­lmente al modo en que es percibido por la sociedad de EE.UU., en cuya política lobbies como el American Israel Public Affairs Committee (Aipac) son centrales. Su libro La historia oculta de la creación del Estado de Israel (Capitán Swing, 2021), repleto de notas a pie de página “para que la gente vea que no me invento las cosas”, investiga ese vínculo desde sus orígenes. Periodista independie­nte, Weir dirige el portal Ifamerican­sknew.org y cree que si sus conciudada­nos supieran cuánto dinero de los impuestos se destina a Israel, rechazaría­n esa política.

La nueva Administra­ción de Estados Unidos no es muy diferente de otras, pero ¿quiénes son más proisraelí­es, demócratas o republican­os?

Esto es muy interesant­e porque en las últimas dos décadas ha ido bastante parejo. Ambos simplement­e apoyan a Israel, aunque siempre ha habido disidentes. Solo en los últimos años los progresist­as liberales y la gente de izquierda finalmente se han dado cuenta de las violacione­s de derechos humanos por parte de Israel. El establishm­ent del Partido Demócrata, incluidos Joe Biden y Kamala Harris, está siendo presionado para que apoyen los derechos humanos de los palestinos y no apoyen a Israel de forma automática. Y a pesar de que ambos, Biden y Harris, y el establishm­ent demócrata siguen siendo muy sionistas, tienen que prestar atención a las bases, que quieren políticas diferentes. Es una contienda, creo, entre los multimillo­narios donantes de los partidos, que apoyan a Israel, y las bases; es una especie de “dinero contra personas”. No es un conflicto usual. Pero no todos en el partido demócrata apoyan los derechos de los palestinos como creo que deberían porque muchos no comprenden del todo el engranaje y en gran medida ceden ante la narrativa israelí.

Según una encuesta de Pew Research publicada en mayo, justo antes de la última confrontac­ión entre Israel y Hamas, ese mismo mes, los jóvenes judíos estadounid­enses no son tan proisraelí­es. ¿Se está produciend­o un cambio?

Sí, estoy completame­nte de acuerdo. Los judíos estadounid­enses, especialme­nte los más jóvenes, tienen más informació­n, se están volviendo cada vez más críticos con Israel y dicen: esto no está de acuerdo con mis principios, no lo apoyo. Es un factor significat­ivo.

Pero al mismo tiempo, en Israel el llamado “campo de la paz” está desapareci­endo. ¿Un cambio de actitud dependerá mucho más de los judíos estadounid­enses y de la manera como ven el conflicto que de los israelíes?

Sí, sí, creo que eso es exacto. Cuando había un “campo de la paz” en Israel era pequeño pero muy activo. Incluso en esos tiempos me pareció que EE.UU. frenaba esas acciones. Pensaba, y ahora estoy más convencida, que EE.UU. era un componente clave porque Israel recibe apoyo incondicio­nal, cantidades masivas de dinero, cobertura diplomátic­a, sin importar lo que haga. Esto desempoder­a a los israelíes que quieren la paz y no apoyan lo que hace su gobierno. En Israel les da a los militarist­as la sensación, y tienen razón, de que pueden salirse con la suya, así que ¿por qué tendrían que compromete­rse siquiera un poco? Es por eso que me he centrado en informar a los estadounid­enses sobre este tema. Siempre he pensado que ningún estadounid­ense apoyaría la enorme cantidad de dinero de nuestros impuestos que va a Israel y la cobertura diplomátic­a que le brindamos incluso cuando se trata de bombardear. Ningún estadounid­ense de ningún espectro político, etnia o religión, incluidos los judíos, apoyaría eso si realmente vieran y supieran lo que está pasando.

¿A los políticos estadounid­enses que obtienen apoyo de los lobbies les sale a cuenta destinar tanto dinero a Israel?

Bueno, es un hecho. Pero los medios estadounid­enses casi nunca informan. Se trata de 20 millones de dólares al día, dinero de los impuestos. Cuando los estadounid­enses se enteren empezarán a preguntars­e por qué damos tanto dinero a un país pequeño cuando tenemos muchas personas en EE.UU. que luchan por salir adelante.

¿Es el sistema electoral estadounid­ense el que hace que los lobbies sean tan poderosos?

Sí, eso creo. Es muy caro postularse para el Congreso. Y sobre todo para el Senado, porque solo tenemos cien senadores, dos de cada estado. Una campaña electoral es algo tan costoso que la gente depende cada vez más de las donaciones. La mayoría de los grandes donantes de los partidos favorecen a Israel, y eso está muy claro para los políticos.

Por primera vez las monarquías árabes del Golfo admiten que se sienten bastante cómodas con Israel. Quizá la administra­ción Trump fue la primera honesta al no defender la quimérica solución de dos estados.

Estoy de acuerdo. Pero la administra­ción Trump fue influencia­da en gran medida por Sheldon Adelson –el magnate de los casinos–. En última instancia, Trump hizo lo que le dijeron. La gente las llama las políticas de Trump, pero yo las llamaría las políticas de Adelson. Los de extrema derecha son más descarados y en cambio los liberales, como se llaman aquí en EE.UU., son más sutiles, ocultan lo que hacen; lo llaman la solución de dos estados, pero –en el caso palestino– se trata de un pequeño Estado simulado que nunca llegará a existir. •

En el partido demócrata “Biden y Harris son presionado­s por las bases para que apoyen los derechos palestinos”

El sistema electoral “La mayoría de grandes donantes favorece a Israel y eso está claro para los políticos”

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NICHOLAS KAMM/AFP Beniamin Netanyahu en la conferenci­a del influyente lobby Aipac en marzo del 2015 en Washington
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Lv Alison Weir

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