Memphis no se retrasa
El delantero holandés abre el marcador para el Barça con un sombrero y una volea e inventa el pase clave en la jugada del segundo gol blaugrana
El ex del Lyon no ha necesitado adaptación y no se arruga por ser la referencia de su nuevo equipo
Griezmann no marcó pero repartió dos asistencias, a Demir en el 0-2 y a Riqui Puig para el 0-3
Por la mañana, el amistoso entre el Stuttgart y el Barcelona estuvo en peligro por el positivo de dos futbolistas de la plantilla alemana. A primera hora de la tarde, se anunció que el encuentro era imposible que empezase a la hora prevista por culpa de que el autobús que transportaba al Barça de su hotel de concentración durante el stage al estadio Mercedesbenz Arena estaba en medio de un atasco de tráfico. El partido se pospuso una hora. Hasta las 19 horas. Todo eso no le afectó a Memphis Depay, que llegó puntual a su cita con el gol. El holandés no entiende de retrasos ni de distracciones. El delantero se adapta a toda velocidad. Ya marcó (de penalti) en su debut contra el Girona y ayer jugó un partido completísimo. Sacó a relucir su calidad individual, desquició a la defensa local, se las tuvo con el árbitro al que pidió un penalti e intervino en los dos primeros tantos con dos acciones exquisitas. Riqui Puig redondeó la goleada.
Ni siquiera los pitos de la afición del Stuttgart (había 25.000 espectadores) ni los desplantes que le hizo en más de una ocasión el colegiado alteraron el ánimo del ex del Lyon. Siempre serio, no se arruga y no le pesó ser el estilete de su nuevo equipo durante 79 minutos.
Memphis puede ser una referencia tanto al espacio como aguantando la pelota en los pies. Que puede romper con sus desmarques lo demostró en el 0-1. De Jong, con el que se entiende de la selección, vio la carrera de su compatriota y le mandó una pelota teledirigida. Depay bajó el balón con la zurda con elegancia, le hizo un sombrero al central que se le cruzó y enganchó una volea sin dejar que la pelota botase con la derecha para fusilar al meta Bredlow. Fue un golazo lleno de electricidad e imaginación.
Pero Memphis no se contentó con ese fogonazo. Regaló nuevos regates y acciones de desequilibrio. Pidió un penalti por una obstrucción de Stenzel, del que se marchó con una finta elástica. La falta era clara pero al árbitro no le pareció suficiente.
El holandés no se desesperó cuando volvieron a derribarle sin que el árbitro señalase falta. Así que la siguiente acción destacó por la inteligencia. Recibió de Dest y aguantó al borde del área hasta que Griezmann le desdobló. Entonces, como si tuviera ojos en la nuca, le dejó el balón con otra maniobra de sibarita.
El francés llegó a la línea de fondo y metió el centro de la muerte para que Demir, el otro extremo, que ya suma tres titularidades, entrase como un nueve para marcar el segundo antes del descanso.
Griezmann no marcó pero dio dos asistencias. En la segunda, volvió a ser generoso para dejar solo a Riqui Puig, que solo tuvo que batir al portero.
La pelota fue del Barça, que realizó una gran presión para recuperar rápido el balón. Pero es que incluso pareció tener una marcha más, sobre todo a la hora de crear, con dos canteranos como Nico González y Gavi a muy buen nivel mientras el club está inmerso en un tira y afloja institucional con Ilaix Moriba para que el centrocampista renueve.
A dos semanas del inicio de la Liga, el equipo de Koeman volvió a ser muy reconocible, ya sea con los jóvenes, con Memphis Depay como estilete o con Busquets, Alba y Araújo, que en la segunda mitad disputaron sus primeros minutos de la pretemporada.