Florian Philippot
Político ultraderechista francés
Excluido del partido de Le Pen, este exdiputado europeo intenta resucitar políticamente oponiéndose al “liberticida” certificado sanitario y a que el personal sanitario se vacune por obligación.
Las protestas contra las restricciones por la pandemia, y contra medidas como el pase sanitario en Francia, o pase verde en Italia, se acrecientan, en algunos casos con preocupantes connotaciones conspiracionistas, como en Alemania. Solo en Berlín, donde 13 manifestaciones habían sido prohibidas, la policía efectuó ayer numerosas detenciones, que anoche se elevaban a unas 600.
En Italia, miles de personas se manifestaban el sábado en Roma,
Milán y Nápoles, mientras que en Francia, y por tercer sábado consecutivo, más de 200.000 se echaban a la calle contra las medidas del presidente Emmanuel Macron.
El aumento de la protesta era significativo en Francia respecto al fin de semana anterior, en que se registraron 161.000 personas. Las manifestaciones se extendieron por numerosas ciudades. En París fueron las más numerosas –unas 15.000 personas– y también las más tensas. Confluyeron cuatro convocatorias diferentes, por lo heterogéneo de las reivinpreocupación. dicaciones: movimientos contrarios a la vacunación o quienes simplemente se oponen a las medidas de Macron. Estos últimos están siendo canalizados por el ultraderechista Florian Philippot, antigua mano derecha de Marine Le Pen, excluido de su partido y que ha encontrado en esta causa un trampolín de renacimiento político. Al frente de un movimiento llamado Los Patriotas, el exdiputado europeo considera “liberticida” el certificado sanitario y dictatorial obligar al personal hospitalario a vacunarse. Le Pen no participa en las manifestaciones, pero a través de Twitter afirmó que estas deben hacer que el Gobierno rectifique, al igual que el líder izquierdista Jean-luc Mélenchon, que consideró el certificado sanitario una “mala idea”.
El pase sanitario es obligatorio desde hace unos días para acceder a los centros culturales, pero el Gobierno pretende extenderlo a bares y restaurantes, además de a los transportes de largo recorrido. En cuanto a la vacunación de los sanitarios, un tercio de ellos todavía no han recibido la pauta completa, lo que es motivo de En la capital alemana, hasta 13 manifestaciones convocadas para ayer habían sido prohibidas por el Tribunal Superior Administrativo de Berlín-brandeburgo al considerar que no estaba garantizado el respeto a las medidas de higiene y distanciamiento. No obstante, unas dos mil personas se congregaron y trataron de romper los cordones policiales, por lo que la marcha acabó en gases lacrimógenos, porrazos y arrestos.
La iniciativa Querdenken 711 había convocado una concentración de hasta 22.500 participantes, que fue prohibida, en la céntrica calle del 17 de junio, avenida que parte de la puerta de Brandeburgo y atraviesa el parque Tiergarten. La policía desplegó hasta 2.250 agentes.
La movilización alemana podría estar trascendiendo su territorio, según el diario The Guardian. En convocatorias a través de Facebook, Instagram y Telegram, un grupo llamado Worldwide Demonstration, con origen en la ciudad de Kassel, habría influido en la organización de protestas en Australia la semana pasada.
En Sydney, que sufre un largo confinamiento, había una convocatoria para el sábado, pero hasta tres grupos de protesta advirtieron a través de Telegram de que los manifestantes caerían en una trampa de la policía, que había movilizado un millar de agentes. El sábado anterior hubo más de 60 detenciones en una marcha de unas 3.500 personas.
El pasado viernes se registraron 170 contagios en Nueva Gales del Sur, con un total de 2.800 y 13 fallecidos desde que el brote con la variante delta fue detectado a mediados de junio en Sydney, ciudad de seis millones de habitantes cuyo confinamiento se extiende esta semana por tercera vez.
En Berlín, donde confluyeron diversas manifestaciones, se practicaron unas 600 detenciones