Ponerse manos a la obra
Se reúne hoy en Madrid la comisión bilateral Estado-generalitat, tras tres años sin hacerlo. El último encuentro fue en agosto del 2018, siendo presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra, y sirvió, sobre todo, para restablecer la relación tras los convulsos hechos de octubre del 2017 y la aplicación del artículo 155. El total de diez reuniones celebradas desde el 2007 han tenido lugar con gobiernos del PSOE, mientras que hubo un largo paréntesis durante la presidencia del popular Mariano Rajoy. Este órgano fue creado por el nuevo Estatut y vino a sustituir una anterior comisión de cooperación que también tenía carácter bilateral y que funcionaba desde 1987. En los tiempos en que CIU influía en la gobernabilidad española, este ámbito servía para dar rango oficial a los acuerdos que Jordi Pujol lograba de su relación especial con la Moncloa.
Se trata de la primera reunión en este marco con ERC en la presidencia de la Generalitat con Pere Aragonès, que no estuvo presente en la conferencia de presidentes autonómicos del pasado viernes en Salamanca. Como ya consignamos, la ausencia de la primera autoridad catalana constituye una ocasión perdida, y más en un momento como el que atravesamos, marcado por el impacto de la crisis social y económica derivada de la pandemia. La reunión de la comisión bilateral de hoy no puede hacer abstracción de este contexto tan delicado, aunque la mayoría de las cuestiones que deben abordarse vienen de lejos. El Ministerio de Política Territorial no ha querido incluir en el orden del día el asunto de los fondos europeos, pero ha indicado que habrá tiempo para hablar de ello. Este extremo ha generado malestar en la delegación catalana. Hasta la fecha, esta comisión ha sido un foro más formal que ejecutivo. Hay que enmarcar la sesión de este lunes en el despliegue de la normalización política y en la voluntad de diálogo estable con la que se han comprometido Sánchez y Aragonès. Estamos ante un paso de notable importancia que debería servir para ponerse manos a la obra sin más dilación, pues la ciudadanía exige que nuestros gobernantes aterricen en la gestión de lo concreto. Hay temas que se arrastran desde hace décadas.
El incumplimiento de los gobiernos españoles marca también este encuentro, algo que se puede observar, por ejemplo, en el traspaso pendiente de las becas universitarias. La Generalitat pretende concreciones y desbloqueos, algo que convierte esta comisión, a ojos de ERC y de Junts, en una suerte de termómetro de la voluntad de avanzar del Gabinete español. Queda en otro plano lo que pueda dar de sí la mesa de diálogo, creada para abordar el fondo del conflicto catalán.
En la lista de hoy, la Generalitat ve prioritario que la Moncloa retire el recurso contra la ley catalana de alquileres y que cumpla los compromisos adquiridos en la financiación de los Mossos o la ley de Dependencia. Son solo dos aspectos de los muchos que se tratarán. La acumulación de carpetas pendientes indica el tiempo perdido hasta hoy. El Govern Aragonès acude a la cita con la voluntad de encauzar también temas perennes en la relación con Madrid, como el traspaso de la gestión del puerto y del aeropuerto de Barcelona. Por otro lado, entre los incumplimientos, destaca lo relacionado con la disposición adicional tercera del Estatut y el reconocimiento del Gobierno español del déficit inversor en infraestructuras en territorio catalán. Ambas partes reconocen que serán necesarias más reuniones bilaterales para pasar de las buenas intenciones a los hechos, así como fluidez entre ministerios y conselleries para tejer coincidencias. Esperemos que se anuncien hoy logros concretos en beneficio de todos los catalanes.
Serán necesarias más reuniones bilaterales para pasar de las buenas intenciones a los hechos