Firmas congeladas
El PP deja bajo mínimos la campaña contra los indultos, que no llega a las 500.000 rúbricas
El Partido Popular se resiste a dar por concluida la campaña de recogida de firmas contra los indultos a los líderes independentistas catalanes condenados por el procés que inició el pasado 1 de junio, incluso antes de que el Gobierno hubiera aprobado las medidas de gracia. Y eso que la campaña languidece desde finales de junio.
Los populares justifican este parón, “que no retirada”, subrayan, en la época veraniega, que hace que no tenga sentido sacar mesas a la calle para la recogida de firmas, con los militantes del PP de vacaciones y con los potenciales firmantes en la playa.
Sin embargo, los miembros de la dirección popular consultadas aseguran que la campaña volverá a activarse, con el nuevo curso político. La que sigue viva es la campaña de recogida en internet, a través de plataforma change.org, pero en la red la campaña tampoco tiene éxito, se ha frenado este agosto en las 59.152 firmas, lo que no es precisamente un buen resultado, más teniendo en cuenta que a finales de junio las rúbricas recogidas ya habían alcanzado unas 57.000 firmas.
En esos momentos, la dirección nacional del PP aseguraba que contaba ya con cerca de 400.000 firmas recogidas tanto en las mesas informativas como a través de internet. En la actualidad la campaña no llega a las 500.000 firmas.
Pablo Casado puso en marcha la iniciativa el 1 de junio, como método de presión al Gobierno, ante la inminente concesión de los indultos, que el Consejo de Ministros aprobó el 22 de junio. El PP quiso con esta iniciativa marcar su camino en la oposición a las medidas del Gobierno, en contraposición a Vox, que desde el principio habló de salir a la calle.
De hecho, en la primera semana de campaña el PP consiguió las primeras 100.000 firmas, de las cuales 48.000 se recogieron por internet. Y es que a pesar de que fue el propio líder del PP el encargado de anunciar el inicio de la campaña, Pablo Casado nunca llegó a implicarse del todo en la recogida de firmas. Por no ir, no fue a una mesa ni para firmar, ya que diez días después del inicio se anunció desde el PP que su presidente había firmado, pero lo había hecho telemáticamente.
Diez días después de que los vicesecretarios del PP, sobre los que recayó el peso de la recogida de firmas por toda España, impulsaran la campaña, esta ya languidecía, pero el partido aún aprovechó la concentración convocada en la plaza de Colón por una plataforma liderada por Rosa Díaz, a la que el PP se vio obligado a ir para no dejar a Vox todo el espacio contrario a la política de Sánchez. Ese día, el partido convocó en las plazas de la Constitución de las principales ciudades, una recogida de firmas, con las que consiguió recopilar, en tan solo ese fin de semana, otras 50.000 firmas.
Y tras la concentración de Colón, la recogida de firmas volvió a enfriarse hasta que el Consejo de Ministros aprobó las medidas de gracia para los líderes independentistas catalanes, el 22 de junio. Al día siguiente, el PP reactivó la campaña, aprovechando el malestar por la decisión, que hizo que se volvieran a recoger más rúbricas hasta alcanzar, a finales de junio, unas 400.000. Pero después, nada. Llegó julio, el verano, y con el éxodo vacacional se olvidó lo que durante meses había centrado el debate político.
La dirección del PP, además, presentó el recurso contra los indultos en el Tribunal Supremo, a finales de junio, y este fue admitido a trámite el 1 de julio.
Las organizaciones territoriales del PP advierten que no pueden mantener la tensión todo el tiempo
Pero incluso dentro del partido muchos no veían sentido a seguir con una campaña que no tenía un objetivo claro sobre qué hacer con las firmas.
Cuando el PP hizo una campaña similar en el 2006 contra el Estatut, la recogida de firmas tenia un horizonte: la presentación del recurso ante el Constitucional, aunque éste no aceptó las firmas. En esta ocasión, la situación es distinta, y los indultados están en la calle, sin que se hayan producido grandes problemas por su excarcelación.
Además, desde las organizaciones territoriales del PP, que fueron las encargadas de animar la campaña, se ha trasladado a la dirección nacional que no se puede mantener en tensión a los militantes durante tanto tiempo, y sin un plazo claro. Pese a ello, el PP insiste en que la recogida de firmas sigue y que se notará con el nuevo curso político.