La mascarilla del maestro dificulta que el niño aprenda a hablar bien

Los logopedas tratan más problemas en la dicción por culpa de los cubrebocas

Algunos logopedas ya advirtieron de que el uso de las mascarillas tendría consecuencias en el aprendizaje de los niños, pero la Administración consideró que su uso dentro de las aulas prevendría los contagios masivos. Cerca de un año después de la reapertura de los centros de enseñanza, las dificultades que muestran algunos niños y niñas en la edad de aprender a hablar ya es algo más que un secreto a voces, y es para muchos padres y madres una muestra empírica de que las mascarillas han provocado problemas en el habla de sus hijos.

La Asociación de Logopedas de España (ALE) constata un incremento de casos de escolares, de entre dos y cinco años, con problemas de pronunciación en determinados fonemas. El presidente de la entidad, Ismael Fuentes, asegura que sus asociados nunca antes habían tenido tanto volumen de trabajo debido al número de padres que concertan visita con un logopeda, preocupados por la sonoridad de algunas letras en sus hijos. Un dato que se suma al reconocimiento que hacen algunos directores de escuelas que revelan que el uso de la mascarilla por parte del personal docente “ha supuesto una dificultad añadida al trabajar la lengua”, según consta en el acta de la Junta central de directores que se reunieron con el Departament d’educació de la Generalitat de Catalunya.

Al cubrir sus bocas para evitar la propagación del virus, los maestros habrían ocasionado que algunos alumnos hubieran aprendido la pronunciación de un determinado sonido a base de la entonación y no por imitación motora, es decir, a partir de la posición de la lengua, los labios y demás factores, según comentan los profesionales consultados. “Esta situación conlleva que en algunos casos se aprenda un fonema de manera errónea”, explica Verónica del Villar, logopeda y miembro de la junta nacional de la asociación. Con las mascarillas, la parte más física de la pronunciación no ha estado al descubierto, por lo que los escolares no han podido observar cómo lo hacen sus referentes, ni tampoco imitar las ex

presiones faciales que, de algún modo, son importantes para emitir correctamente un sonido. “En la mayoría de los casos, los niños han visto de sus educadores unos ojos, sin prácticamente una cara que acompañe la verbalización”, explica Villar. “No han visto el proceso, sino que solo lo han oído”, añade. Por no hablar que la mascarilla ha sido un gran obstáculo para la relación entre profesores y alumnos con dificultades auditivas, donde el problema se ha incrementado sustancialmente.

Se da la circunstancia de que los maestros de educación infantil han llevado durante todo el curso mascarillas FFP2, ya que los escolares menores de seis años no estaban obligados a llevar protección cuando estaban con su grupo burbuja. Un protocolo que parece que se repetirá durante el próximo curso 2021-22.

Logopedas consultados constatan que las estadísticas que manejan son alarmantes, ya que de los tres o cuatro alumnos con algún tipo de problema de dicción que habitualmente se encontraban en una clase, se ha pasado a detectar hasta una decena de casos. Unas cifras que preocupan a los profesionales de la logopedia que pronostican que, de no cambiarse la política del uso de las mascarillas, la incidencia seguirá aumentado y podría comprometer el desarrollo verbal de un elevado porcentaje de alumnos de educación infantil. Desde la asociación también ven con preocupación los casos que se están dando en niños de preescolar con un aumento de hablantes tardíos, es decir los que con dos años no pronuncian más de 50 palabras ni hacen frases con dos elementos. “Se trata de niños de tres años que no hablan casi nada, pero que parece que lo comprenden todo, y que cuando empiezan el colegio podrían sufrir un posible retraso en comparación con sus compañeros”, explica Villar.

Con cinco años, la mayoría de los escolares deberían de haber alcanzado la correcta pronunciación de todos los fonemas , incluso de la r y la rr que sería la última de las letras en adquirir su entonación. Por lo que desde la ALE recomiendan llevar al logopeda a cualquier niño que a esa edad aún presente alguna dificultad en la pronunciación para descartar cualquier fallo orgánico y centrarse en solucionar el problema funcional; así como también prestar atención a los niños de preescolar que no han alcanzado la meta mínima de expresión.

Desde el Departament d’educació reconocen que el uso de la mascarilla es una medida que pedagógicamente no gusta y que “cuanto antes la podamos retirar, mejor”. No obstante, desde el Govern recuerdan que serán las autoridades sanitarias quienes decidirán sobre su uso en función de la situación epidemiológica que se dé en el inicio del próximo curso. En este sentido, los logopedas consideran que no se está pensando en el desarrollo de los alumnos de dos a cinco años, que es cuando se producen los aprendizajes verbales más importantes.

Los alumnos con problemas de dicción ha aumentado de tres o cuatro por clase hasta los diez