“La vida diaria está llena de ocasiones para hablar de sexo con los niños”
La editorial Tatakua vuelve a publicar un título de la educadora alemana Katharina von der Gathen, después del éxito de ventas (más de 15.000 ejemplares) que suscitó Cuéntamelo todo, que incorporaba 101 preguntas planteadas por niños en sus talleres de educación sexual en los colegios. En Cuéntame más cosas, título también acompañado con las ilustraciones divertidas de Anke Kuhl, la autora responde con claridad y delicadeza.
Los estudios indican que, pese a que la sociedad ha cambiado, los menores están muy solos en el descubrimiento de la sexualidad. ¿Por qué cuesta hablar de sexo?
Para muchos adultos la sexualidad es un tema muy íntimo, del que no hablan ni con amigos ni con su pareja. No hablan de sus sentimientos ni de sus deseos y algunos no han encontrado las palabras adecuadas a lo largo de su vida. La sexualidad está muy marcada por la educación que hemos recibido, por las experiencias, las dificultades actuales con la pareja y con la aceptación del cuerpo. Todo eso pesa al hablar de sexo. Con los niños, se añade una gran inseguridad sobre los conceptos y expresiones que les resultarán comprensibles, y sobre cuáles les pueden ir grandes.
¿Cómo ha de ser esa información?
Desde un principio es importante crear un ambiente en el que se pueda preguntar. Eso significa que los niños pueden expresar lo que sienten y que no hay partes del cuerpo que no se nombran. Hay que hablar del pene y de la vagina de la misma manera que de la nariz o del brazo, y también de los límites, y de cuando se sobrepasan. Y hay que respetar a los niños cuando ponen ellos los límites. Si se les toma en serio y se sienten respetados, ellos preguntan.
¿A qué edad hay que empezar?
La vida diaria presenta muchas ocasiones para hablar. Cuando un chico ve que a veces amanece con el pene erecto, el padre puede explicarle que a él también le pasa. El cuerpo se ejercita de esta manera, activando y desactivando los músculos. Si en el supermercado pregunta para qué sirven esas cosas de colorines, en referencia a los condones, se puede o no responder en el momento o retomar la respuesta más tarde: “No he olvidado tu pregunta…”. Esto significa que nos tomamos en serio sus ganas de saber. Cuando hablamos de sexualidad se abren un montón de posibilidades. Les ayudamos a desarrollar más conciencia sobre su cuerpo y sus necesidades, y así podrán expresar sus deseos y límites. Les acompañamos a caminar por la vida con seguridad. No siempre es fácil, pero vale la pena, se siente una proximidad muy especial.
¿Qué cuestiones le suelen plantear los niños en el aula?
Son curiosos por naturaleza. Observan su entorno, ven anuncios de publicidad, miran películas, oyen las conversaciones de los adultos, se quedan con frases que escuchan en el patio. Y todo esto suscita preguntas sobre sus emociones (“¿Qué se siente cuando estás enamorado o cuando besas ?”) o cambios en el cuerpo (¡granos!, ¡pelos!, ¡fluidos corporales!). También les interesa el mundo secreto de la sexualidad de los adultos. Quieren saber, por ejemplo, si el sexo puede doler o cómo es la sexualidad de las personas que van en silla de ruedas.
En alguna entrevista ha afirmado que le hablan de porno, sin haber entrado en la pubertad.
Por suerte, no es muy habitual, aunque es cierto que con el móvil pueden acceder muy pronto al mundo de los adultos. A veces, no es el porno, sino los youtubers a los que oyen hablar de la ingestión de semen o del fisting. Y les genera mucha confusión. La protección de los menores frente a las redes es un debate amplio: la violencia y la guerra también están en internet. Lo más importante es no dejarlos solos y crear una ambiente que les dé seguridad para hablar.
Corren el riesgo, además, de tener una imagen falsa o de adoptar comportamientos machistas.
Por eso es importante el papel de la familia y la escuela, para que tengan una sexualidad consciente y autónoma. Ahora bien, cada vez hay más series, podcasts, películas pornográficas feministas .... Deberíamos investigar y romper el silencio que rodea el sexo.
La homofobia y transfobia siguen presentes en la sociedad. ¿La ha encontrado en sus charlas?
Los niños y niñas no son ni homófobos ni tránsfobos. Mi experiencia es que manifiestan su interés por el mundo. Preguntan: “¿por qué algunos hombres se enamoran de hombres?” o “¿cómo puede ser que una chica no quiera ser una chica sino un chico?”. Preguntas que algunos adultos no se atreven a formular. Pero también es verdad que algunos adoptan los puntos de vista de sus mayores. Por eso para mí son tan importantes los mensajes entre líneas. Si hablo con un chico le digo: “Cuando un día tengas una novia o un novio...”. Y cuando estoy presentando mis modelos de espuma de la vulva y el pene, añado que hay un montón de variantes en formas y tamaños. La diversidad debería estar siempre presente en nuestros pensamientos y exposiciones.
La extrema derecha pide el veto parental a la educación afectiva. ¿Es una elección de los padres o un derecho del niño?
En democracia es una prioridad educar a las personas para que sean ciudadanos informados y autónomos. No se trata, desde luego, de arrebatar esa labor educativa a los padres, sino de acompañarlos.
Los niños tienen derecho a desarrollar su conciencia y autonomía sexual.
La diversidad genera también controversia. Hay padres que temen que sus hijos tomen caminos no normativos si los conocen. Siempre ha existido la diversidad, incluso cuando se la ha querido ocultar. Y sí, es un tema que no está resuelto. Si visibilizamos las diferentes formas de vida y de amar les ayudamos a encontrar su camino. Nuestra naturaleza es de una esencia mucho más diversa de lo que a algunos les gustaría. No hay solo los cajoncitos masculino y femenino y la combinación hombre y mujer. Hay mucho, mucho más. Puede que haya a quien le provoque confusión. Pero para aquellos que no se ajustan a ninguna de estas categorías les resultará de gran alivio que todo el mundo lo tenga presente. Y se considere la diversidad como una parte valiosa de la vida.
Descubrimiento “Lo más importante es no dejarlos solos y crear una ambiente que les dé seguridad para hablar”
Prejuicios
“No son homófobos, aunque pueden adoptar los puntos de vista de los mayores”
La diversidad
“No hay cajones de masculino y femenino o hombre y mujer, la naturaleza es más rica”