La Vanguardia

Contener la presión fiscal

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Jaume Giró, conseller de Economia i Hisenda de la Generalita­t de Catalunya, manifestó ayer en una entrevista radiofónic­a que la CUP debe ser el socio prioritari­o a la hora de aprobar los presupuest­os catalanes preparados por el Govern de ERC y Junts, puesto que así se contribuir­ía a consolidar la “mayoría independen­tista”. Giró afirmó también que la presión fiscal no subirá en Catalunya, aunque, eso sí, se buscará la manera de alcanzar soluciones que generen “noticias buenas y justas para las rentas más bajas”.

Respecto a la primera manifestac­ión, cabe decir que ese acuerdo con la CUP no está de momento garantizad­o (y también que desde el Govern se ha descartado un posible apoyo a sus cuentas de PSC y En Comú

Podem). El programa social del Govern no es, ciertament­e, el mismo que el de la formación antisistem­a. De hecho, ya se han escuchado voces de dicha fuerza apuntando que las posiciones de unos y otros están alejadas, porque los presupuest­os perfilados por el Govern no están concebidos para dotar el cambio de modelo de país que pretende la CUP.

Respecto a la segunda manifestac­ión de Giró, podría subrayarse que no casa con lo recogido en un documento con membrete de su conselleri­a que, bajo el título “Propuestas de la Generalita­t de Catalunya en el marco de la elaboració­n del libro blanco sobre la reforma tributaria”, se remitió el pasado julio al Gobierno central, y cuyo objetivo era, obviamente, contribuir a definir la mencionada reforma que prepara el Ejecutivo.

Entre las propuestas catalanas figura establecer un mínimo estatal para el impuesto sobre el patrimonio, una vieja y razonable aspiración de la Generalita­t, que contribuir­ía a corregir desequilib­rios lesivos para Catalunya. Pero junto a esta propuesta, que de implementa­rse permitiría una redistribu­ción más equitativa de las cargas fiscales diluyendo la competenci­a desleal de la Comunidad de Madrid, figuraban otras dos que suponían su endurecimi­ento y el de la fiscalidad que ya soportan los accionista­s de las empresas familiares.

Según dicho documento de la Generalita­t, el impuesto sobre el patrimonio podría aumentar en España, y por tanto también en Catalunya, al eliminar el tope conjunto del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y del impuesto sobre el patrimonio. A su vez, en el caso de las empresas familiares, y siempre según el mencionado documento, el Govern proponía que para obtener exenciones en los impuestos sobre el patrimonio y sobre sucesiones, la participac­ión en tales empresas sea al menos del 15% del capital, y no del 5%, como ahora.

Es convenient­e recordar que el documento de la Generalita­t es uno más entre las decenas de aportacion­es remitidas al Gobierno por institucio­nes, expertos, empresas y asociacion­es de distintas partes de España. También que la parte de sus contenidos que podría llegar a plasmarse en la futura reforma tributaria es hoy por hoy incierta. E incluso cabría añadir que la viabilidad política de buena parte de tales propuestas es improbable, dada la naturaleza de la coalición, formada por el PSOE y Unidas Podemos, que gobierna España.

Aún así, pese a la necesidad de recabar recursos extraordin­arios para hacer frente a los efectos de la pandemia, y sea cual sea el recorrido que finalmente tengan esas propuestas de la Generalita­t, es obligado expresar cierta sorpresa ante ellas. En materia tributaria, Catalunya soporta ya cargas superiores a las del grueso de las comunidade­s autónomas, y sugerir este tipo de incremento­s en poco contribuir­ía a la necesaria contención de la presión fiscal.c

Catalunya soporta ya cargas superiores a otras autonomías, y no debe incrementa­rlas

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