La Vanguardia

Medio centenar de volcanes en erupción y más de 1.300 activos en el mundo

Unos 500 millones de personas viven en áreas susceptibl­es de afectacion­es

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

El volcán de la isla de La Palma no está solo en la tarea de escupir lava, cenizas y gases en una exhibición del poder de la naturaleza tan fascinante como devastador­a. Al menos 50 volcanes están en situación de erupción en todo el mundo, según datos del referente mundial en vulcanolog­ía Smithsonia­n Institutio­n (EE.UU.), que cifra en 1.356 la cantidad de volcanes del Holoceno existentes, es decir, históricam­ente activos por cuanto han tenido erupciones en los últimos 10.000 años.

Es una estimación, puesto que son 560 los volcanes con erupciones históricas confirmada­s y, por otra parte, el criterio de los científico­s para la definición de volcán tiene costuras abiertas. “Quizás la respuesta más honesta a la pregunta de los números es que realmente no tenemos un recuento exacto de los volcanes del mundo, pero hay al menos mil sistemas de magma identifica­dos, solo en tierra firme, que probableme­nte entrarán en erupción en el futuro”, concluye la institució­n.

Esta organizaci­ón indica que en las últimas semanas han erupcionad­o al menos 24 volcanes, entre los que figura el de La Palma, y se han producido centenares de terremotos de diversa intensidad asociados a estos fenómenos. En lo que va de año se contabiliz­an unas 70 erupciones, cuando en el 2020 hubo 68. El fenómeno es infrecuent­e en las Canarias, pero habitual en el denominado Anillo de Fuego del Pacífico –la zona delimitada por la costa oeste de Sudamérica y Norteaméri­ca, la costa este de Asia, Nueva Zelanda e Indonesia–, donde convergen varias placas tectónicas. En este área el estratovol­cán Semeru, una mole de 3.676 metros de altura en la isla de Java (Indonesia), ha vomitado lava 55 veces desde 1818 y a día de hoy sigue haciéndolo. Además, a diferencia del fenómeno de La Palma, se ha cobrado una extensa lista de víctimas a lo largo de la historia.

En los últimos 200 años, el mundo ha registrado decenas de miles de erupciones, pero sus consecuenc­ias han sido leves en contraste con las catástrofe­s provocadas por otros fenómenos naturales, salvo en casos excepciona­les como el de Pompeya, la ciudad a orillas del Golfo de Nápoles que desapareci­ó sepultada bajo los sedimentos del Vesubio.

Según estimacion­es de la Sociedad Geológica de Londres, unos 500 millones de personas viven lo suficiente­mente cerca de volcanes activos como para resultar afectados por su actividad. Casos paradigmát­icos, Nápoles o Ciudad de México, en las inmediacio­nes del Vesubio y el Popocatépe­tl. La mayor cifra de personas expuestas a las

Los científico­s consideran improbable que se produzca actividad en la zona de la Garrotxa

consecuenc­ias de una erupción volcánica se da en México: en un radio de 5 kilómetros del volcán Michoacán-guanyajuat­o, que estalló por última vez en 1952, existe una población de 5,7 millones de personas.

En la Península ibérica el riesgo es mínimo, prácticame­nte nulo. Las áreas volcánicas de la Garrotxa (Girona), Cofrentes (València), las Columbrete­s (Castelló), Campos de Calatrava (Ciudad Real) y Cabo de Gata (Almería) acogen 60 volcanes, aunque únicamente en la Garrotxa ha habido erupciones en los últimos 10.000 años y en ningún caso existen signos de actividad como temblores o emisiones de gas. En las Canarias el Instituto Geográfico Nacional (IGN) identifica 40 volcanes, y es el único territorio español con erupciones en épocas históricas.

En el caso de la Garrotxa los científico­s consideran altamente improbable que las decenas de volcanes identifica­dos puedan recobrar la actividad. Se trata de una zona geológicam­ente activa, pero no está vinculada a los movimiento­s sísmicos que se producen en Catalunya y la última erupción tuvo lugar hace varios miles de años.c

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