La Vanguardia

LA NIÑA DE LA PORTADA 40 AÑOS DESPUÉS

Cuarenta años después ‘La Vanguardia’ reproduce la portada de la Mercè con la misma protagonis­ta

- PALOMA ARENÓS

Núria Lluch tenía 4 años cuando apareció sobre los hombros de su padre en la foto de la portada de La Vanguardia durante las fiestas de la Mercè de hace 40 años. Esta semana ha rememorado aquella imagen llevando a hombros a su hijo Biel, también de 4 años, ante la misma giganta.

El 25 de septiembre de 1981, La Vanguardia publicó en su portada la fotografía de una niña sonriente, y muy ilusionada, a hombros de su padre, en la plaza de Sant Jaume, admirando el desfile de los gegants de la ciudad por las fiestas de la Mercè. El titular de la pieza: “Por la Merced, el candor sale a la calle”. Cuarenta años después, hemos reproducid­o la imagen del mítico fotógrafo Pérez de Rozas, con una imagen de Llibert Teixidó y dos protagonis­tas de excepción: aquella pequeña de 4 años es ahora una mujer de 44, la barcelones­a Núria Lluch, que carga a su hijo Biel, también de 4 años, a los hombros para que admire, lo más de cerca posible, a Elisenda, la Geganta del Pi, una de sus preferidas.

La foto se toma en el patio del Ayuntamien­to, donde está la exposición del séquito popular de Barcelona (visitable y gratuita hasta el domingo), a escasos metros de donde se hizo el retrato de portada. Es un viaje en el tiempo pero se conservan paralelism­os, aquel “candor” de la Mercè –a pesar de las restriccio­nes pandémicas– sigue con las nuevas generacion­es. Biel, a su corta edad, es un fan de los gegants y todo lo relacionad­o con la cultura popular. “Por suerte, hemos reservado las entradas para el desfile del 24 en el paseo de Gràcia. He intentado con otras actividade­s, pero han volado muy rápido y no hemos llegado a tiempo. Será una Mercè muy diferente a la que yo vivía de pequeña”, reflexiona Núria.

Esa portada ha estado presente en casa de los Lluch a lo largo de las últimas décadas. Núria, emocionada, recuerda con nitidez aquel día. “Mi madre y mis abuelos eran de Barcelona, pero en ese momento vivíamos en Tàrrega. Por eso, cada vez que veníamos a Barcelona, el viaje ya era como una fiesta mayor. Y si coincidía con la Mercè, aún con más motivo. Mis abuelos nos llevaban a todas partes: feria, desfiles, pasacalles... En mi familia siempre hemos sido muy de tradicione­s populares y, sobre todo, salir y a la calle a celebrar y disfrutar del ambiente”. Aquel viernes 24 de septiembre, junto a su madre, Núria, y su hermana gemela Mireia –“y es posible, que mi abuelo, también estuviese”– se acercaron hasta la plaza Sant Jaume a ver el tradiciona­l desfile de los gegants.

La sorpresa llegó al día siguiente cuando la portada de La Vanguardia se convirtió en la noticia principal entre vecinos y familia. “Mi abuela tenía una peluquería y todo el mundo la llamaba para comentarle que habíamos salido en el diario. Por entonces, no había tantos medios como ahora y

La fotografía de Pérez de Rozas ha estado colgada todos estos años en casa de la familia Lluch

salir en la portada del diario más importante fue impactante”, afirma. “Compramos varios ejemplares y, tanto en casa de mi abuela como en la de mis padres, hemos tenido enmarcada la portada, que me ha acompañado siempre. Cuando mi abuela falleció, yo me quedé la suya para mi casa”, apunta, con nostalgia. “La broma familiar siempre ha sido que mi hermana, al ser gemelas idénticas, decía que era ella la de la foto. Pero no, soy yo”, dice, entre risas.

Biel está impaciente por ver a sus admirados gegants. En casa atesora una pequeña colección de media docena de los de Solsona y con sus padres visita La Casa dels Entremesos, donde ya es un habitual, siempre que puede. Oriol, su padre ratifica que “los gegants del Pi son sus preferidos, sin duda”. Desde su atalaya, mañana los podrá ver en acción a hombros de su padre en el paseo de Gràcia.c

“Mis abuelos nos llevaban a todos los actos de las fiestas, siempre hemos sido muy de tradicione­s”

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repite. Biel, de cuatro años, tiene ahora la misma edad que tenía Núria cuando su padre la subió a hombros en septiembre de 1981
La magia se repite. Biel, de cuatro años, tiene ahora la misma edad que tenía Núria cuando su padre la subió a hombros en septiembre de 1981

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