La Vanguardia

La declaració­n de monumento natural, una fórmula para resarcir a los afectados

Eso aseguraría pagos por la expropiaci­ón y ya se hizo con el volcán de Teneguía

- JAVIER RICOU

El mar de lava del volcán de La Palma ha dejado hasta el momento a casi trescienta­s familias sin nada. Ayudar a esos damnificad­os, con urgencia, es ahora la primera prioridad. Y una solución, apuntan alcaldes de La Palma, sería declarar ese mar de lava que ya cubre 166 hectáreas, monumento natural. Es lo que se hizo con el último volcán que sacudió la isla; el de Teneguía, en 1971.

Los dueños de esas propiedade­s sepultadas por el magma de la erupción de Cumbre Vieja cobrarían así –con independen­cia de las ayudas oficiales o compensaci­ones por seguros– por la expropiaci­ón de esos terrenos. Aunque esa medida impediría que se pueda volver a construir en esa zona, ni tampoco cultivarla.

Ahora mismo son muchas las preguntas, cuando se fija la mirada en el futuro. ¿Hay que volver a construir sobre esa lava? ¿O cultivar de nuevo la superficie donde estaban las fincas arrasadas? ¿Qué ayudas recibirán los damnificad­os? Para responder a estos interrogan­tes, ahora sin respuesta, puede servir un viaje al pasado. Y buscar una situación parecida para ver cómo se afrontó entonces el problema. La dificultad es que hay pocos precedente­s –por no decir casi ninguno, al menos reciente– sobre una catástrofe como la que ahora quita el sueño a los palmeros. El antecedent­e más cercano, también en esa isla, es el volcán de Teneguía. Un mar de lava cubrió en 1971 parte del término municipal de Fuencalien­te. Gregorio Clemente, alcalde de esa población del sur, recalca –antes de narrar cómo gestionaro­n ese desastre natural– que “la situación vivida entonces no fue, ni de lejos, tan trágica como la actual”.

Pero en Fuencalien­te también hubo colada de lava y “la mayor parte de ese terreno es ahora monumento natural; ahí no se puede ya construir ni cultivar nada”. Se ha convertido en un atractivo turístico. ¿Podría repetirse esa declaració­n con el terreno cubierto por la lava escupida desde el Cumbre Vieja? “Esa, creo, sería la salida más sensata”, apunta Gregorio Clemente Alonso.

Para eso tendrían que expropiars­e los terrenos, “que siguen teniendo dueño aunque estén cubiertos de lava”, apunta este alcalde.

“La protección de ese espacio impediría volver a construir y cultivar en la zona, pero aseguraría las ayudas”

Y lo más importante para el edil de Fuencalien­te: “Esa declaració­n tendría que ir ligada a la búsqueda de viviendas y fincas agrícolas en otros puntos rurales de la isla (esa gente no está acostumbra­da a vivir en pisos) para los que lo han perdido todo”.

Autorizar construcci­ones sobre esa lava se apunta – este alcalde coincide con la opinión de expertos en el tema– “muy complicado, después de lo que ha pasado”. Gregorio Clemente conoce a personas que han perdido sus casas “y la mayoría afirman que no volverían a vivir allí”, revela. Los palmeros se refieren a estos mares de lava como el malpaís. Recuperar la actividad agrícola “también lo veo complicado”, augura este alcalde. Aunque en Fuencalien­te vuelve a haber plantacion­es de plátanos en el mar de lava del volcán de 1971. “Los terrenos eran, en este caso, de una misma familia y reanudaron la actividad sobre ese magma una década después de la erupción, cuando aún no se había declarado ese espacio monumento natural”.

Pero ahora lo urgente, insiste el alcalde, “es la llegada de ayudas inmediatas, para dibujar el futuro ya habrá tiempo”, concluye.c

 ?? RAMÓN DE LA ROCHA / EFE ?? La colada de lava generada por el volcán irrumpió este miércoles en el pueblo de Todoque, sepultándo­lo todo a su paso
RAMÓN DE LA ROCHA / EFE La colada de lava generada por el volcán irrumpió este miércoles en el pueblo de Todoque, sepultándo­lo todo a su paso

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