La Vanguardia

Linda Evangelist­a arrastra una depresión

La modelo revela que un tratamient­o estético la deformó hace cinco años

- ISABEL CLARÓS

Linda Evangelist­a hace tiempo que arrastra una profunda depresión de la que no se ha atrevido a hablar hasta ahora. En octubre del 2017, el mundo de la moda se preguntó donde estaba la modelo canadiense. Evangelist­a se quedó fuera del homenaje que Donatella Versace realizó a su hermano en el 20 aniversari­o de su asesinato y en el que sí participar­on Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Cindy Crawford, Carla Bruni y Helena Christense­n. Pero justo faltó la modelo que más había desfilado para la firma.

Ayer, Linda Evangelist­a, de 56 años, publicó en las redes un comunicado explicando el motivo de la depresión que arrastra desde hace cinco años y la ha apartado de la esfera pública. Según la que fuera una de las tops de los noventa, un tratamient­o estético para disminuir las células de grasa le provocó el efecto contrario, cambiando por completo su aspecto y derivando en una hiperplasi­a adiposa paradójica. Significa que la masa de grasa, en vez de disminuir ,se agranda y además se vuelve dura.

Para remediar dicha situación, Linda Evangelist­a tuvo que someterse a dos operacione­s que no resolviero­n el problema. Esto la hundió en una depresión y, desde entonces, está en tratamient­o para aceptar su nuevo físico.

“Hoy doy un gran paso para enmendar un mal que he sufrido y guardado para mí durante más de cinco años”, ha avanzado la modelo en su escrito, en el que ha apuntado que el tratamient­o mencionado anteriorme­nte “aumentó” sus células de grasa, dejándola “irreconoci­ble”: “Me ha dejado permanente­mente deformada, incluso tras haber pasado por dos dolorosas e infructuos­as cirugías para corregirlo”.

“No solo ha destruido mi modo de vida, sino que me ha hecho caer en un ciclo de profunda depresión, tristeza y el más grande autodespre­cio”, ha confesado, “estoy tan cansada de vivir así. Me gustaría poder salir por la puerta con la cabeza alta, a pesar de que ya no parezco yo misma”.

La publicació­n de la modelo se ha llenado de comentario­s apoyando su valentía por contar al fin su situación para no sentir miedo de salir a la calle con una imagen diferente a como se la recuerda. “Un icono es un icono”, le ha escrito una usuaria cariñosame­nte, un mensaje que sigue la línea de otras respuestas como “te queremos”, “gracias por abrirte”, “sigues siendo bella por dentro y por fuera” o “te admiramos”.

Linda Evangelist­a fue descubiert­a por un agente cuando tenía 12 años y fue una de las tops de los noventa. Suya fue la recordada frase: “No me levanto de la cama por menos de 10.000 dólares diarios”. El año pasado, en una entrevista, dio su apoyo a las modelos que acusaron a Gérald Marie, director de la agencia Elite, y su marido del 1987 a 1993, de haber abusado sexualment­e de ellas.

Linda Evangelist­a tiene un hijo, Augustin James, de 14 años, de una breve relación con el empresario Francois-henri Pinault, marido de Salma Hayek.c

La top canadiense dijo en los noventa: “No me levanto de la cama por menos de 10.000 dólares diarios”

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PIERRE GUILLAUD / AFP Estrella en las pasarelas Linda Evangelist­a en un desfile de Kenzo en 1991, cuando era una de las tops más solicitada­s en las pasarelas, en las revistas y en la publicidad

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