Madrid se regala una alocada ‘Cenerentola’ MARICEL CHAVARRÍA
El público del Real aplaude el inicio de la temporada 100 con un Rossini a todo gas
Mientras Barcelona se tomaba esta semana muy en serio, inaugurando temporada en el Liceu con una sátira cómico-reflexiva como Ariadne auf Naxos, de Richard Strauss (1908), en el Teatro Real de Madrid optaban ayer por ponerle una gran sonrisa Disney a la rentrée de la mano de la jocosa Cenerentola que Rossini compuso en 1816. Y además con un alocado montaje procedente de la Ópera de Oslo, que resultó ser una invitación a adentrarse en la apabullante creatividad del compositor y en su facilidad para la belleza musical.
En un escenario oscuro, una limpiadora del teatro seca el charco de una gotera cuando le cae del cielo un cuento que ve claro que va a protagonizar, pues es su propia historia. En una nube asoma el demiurgo Rossini mientras las luces se amplían y aparece una chimenea que hará las veces de madriguera de Alicia por la que la limpiadora saldrá convertida en personaje del siglo XVIII.
Así comenzaba la función en la noche de gala de esta temporada número 100 del Real, cuyo aforo no estaba reservado para invitaciones, como fue el caso del Liceu; al contrario: el precio de las entradas se duplicaba, al tiempo que se retransmitía en riguroso directo por La 2. La rena Sofía presidía el acto en representación de los Reyes, que viajaron a La Palma debido a la catástrofe volcánica.
Como es habitual en las inauguraciones del Real, hubo una nutrida presencia de patronos, políticos, embajadores y presidentes de empresas del Ibex y grupos de comunicación, aunque se echó de menos a la asidua Meritxell Batet, presidenta del Congreso. El ministro Iceta, que había viajado dos veces en dos días consecutivos a Barcelona, se estrenaba como patrono del teatro y no faltaron otras dos ministras, Reyes Maroto de Industria y Pilar Llop de Justicia. También se pudo ver al alcalde José Luis Martínez Almeida, a una reaparecida Carmen Calvo o al jefe de la oposición, Pablo Casado.
Sin embargo, la trepidante acción en escena no dejó margen para la socialización en el patio de butacas, lleno por primera vez al 100% desde que estallara la pandemia (no así el resto del teatro, pues hay que atender paulatinamente el regreso de abonados que ya suman 4.000 en lista de espera).
El montaje del noruego Stefan Herheim optaba por seguir el espíritu alocado de la música, cuya partitura quedó en manos del rossiniano Riccardo Frizza. Lleno de guiños al teatro dentro del teatro, y convirtiendo a Rossini en una presencia viva en escena: es el filósofo/consejero del príncipe que en la ópera sustituye al hada madrina del cuento, y está también en Don Magnifico, la versión Rossini de la madrastra, que espera casar a una de sus dos ridículas hijas con el noble príncipe sin saber que ha intercambiado papeles con su criado para hallar una esposa que lo ame por sí mismo.
Aplausos para la mezzo Karine Deshayes en su Angelina; apoteósico el barítono Roberto Tagliavini como Alidoro; un príncipe inolvidable el de Dmitry Korchak, y acting notable el del bajo Renato Girolami como el esperpéntico padrastro.c
La reina Sofía preside la velada inaugural en sustitución de los Reyes, que volaron a la isla de La Palma