El extraordinario Copito de Nieve
El 1 de noviembre de 1966 llegaba a Barcelona un pequeño gorila que era “algo extraordinario”, como le habían dicho los indígenas fang de Guinea Ecuatorial al primatólogo Jordi Sabater Pi cuando se lo presentaron. Un bebé gorila albino, el único de su especie del que hay constancia en los registros históricos. Sabater Pi lo llevó a la capital catalana, donde Copito de Nieve halló su hogar y se convirtió en un símbolo que atrajo la atención internacional tras ser portada de National Geographic en marzo de 1967. Creció bajo los atentos cuidados de Maria Gracia, esposa del veterinario de primates del zoo, Román Luera. Ella lo trató como a un hijo, con pañal y todo, en su piso del Eixample. Tuvo 21 hijos, nietos y bisnietos. Pero ninguno albino. Copito, fallecido en el 2003, sigue siendo irrepetible, “algo extraordinario”.