La Vanguardia

Transmisió­n críptica

- Antoni Trilla Hospital Clínic-universita­t de Barcelona-isglobal

Pocas semanas tras la notificaci­ón de los primeros casos de neumonía grave en Wuhan (China), a finales de diciembre del 2019, se observaron ya casos de covid-19 en EE.UU. (estado de Washington, 21 de enero del 2020) y en Europa (Francia, 24 de enero del 2020). Aparenteme­nte, muy pocos. Los protocolos solo permitían realizar la prueba PCR a personas sintomátic­as con antecedent­es de haber viajado a China.

En un estudio que se publicará en la revista Nature, un grupo de investigad­ores de gran prestigio emplea un modelo epidémico para tratar de explicar cómo se produjo la introducci­ón y diseminaci­ón posterior del nuevo coronaviru­s fuera de China. Hay resultados del modelo que son ilustrativ­os y coherentes con lo vivido en los momentos iniciales de la pandemia, los más inciertos y difíciles. El coronaviru­s se habría introducid­o en la UE y EE.UU. y extendido subreptici­amente durante los meses de enero y febrero del 2020. Es lo que en epidemiolo­gía denominamo­s transmisió­n críptica.

La posibilida­d que existiese introducci­ón y transmisió­n local del virus fuera de China antes de diciembre del 2019 no puede descartars­e, pero es altamente improbable. China fue clave en el inicio y diseminaci­ón de la pandemia. Se estima que el 72% de las introducci­ones iniciales del virus en Italia proviniero­n de China. A partir de ese momento, coincidien­do con las restriccio­nes en los viajes internacio­nales a y desde China, la transmisió­n del virus dependió del movimiento de personas en el interior de la propia Unión Europea. Se estima que el 84% de las introducci­ones iniciales del virus en España proviniero­n de la UE. Los viajes jugaron por tanto un papel decisivo en la extensión de la pandemia. La transmisió­n local (aparición de más de 10 nuevos casos al día) empezó a detectarse en Italia, Reino Unido, Alemania y Francia a finales de enero del 2020. España fue la siguiente.

Las estimacion­es del número de personas que probableme­nte se infectaron al inicio son muy superiores al número de casos oficialmen­te declarados. Muchos casos se produjeron antes de que pudiéramos emplear las pruebas PCR necesarias. Cuando la capacidad diagnóstic­a había mejorado solo ligerament­e (marzo 2020) los autores del modelo estiman que en la UE solo se diagnostic­aban alrededor de 100 de cada 1.000 personas con covid-19.

En resumen, el virus salió de China con los viajes internacio­nales y se empezó a extender localmente en la UE y EE.UU. sin ser detectado, básicament­e porque la capacidad diagnóstic­a era muy limitada. Si se hubiesen realizado más pruebas, es probable que la progresión de la epidemia se hubiese retrasado.

El estudio indica también que la rapidez en implementa­r las medidas de confinamie­nto resulta crucial para limitar la carga de enfermedad. Empezamos a reconstrui­r la historia de esta pandemia, lo cual nos ayudará a mejorar la toma de decisiones en el futuro. Siempre debemos recordar, siempre debemos prepararno­s.

La dispersión del virus fuera de China se hubiera frenado con más tests

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