La última de Jarvis
Sorprendente y a la vez gratificante encuentro de un músico bregado y abierto de miras como Jarvis con una materia prima en un principio tan atípica como puede ser el clásico pop francés. Después de realizar un par de peculiares álbumes en clave joint venture (uno junto a Chilly Gonzales homenajeando al Chateau Marmont de Hollywood, y otro con su grupo de improvisación Jarv Is) dio otro volantazo a su carrera: su primer álbum en solitario en doce años no iba a tener nada que ver con lo anterior, se titularía Chansons d’ennui tip-top y vendría a ser una especie de enlace con la banda sonora de The french dispatch, la nueva película de Wes Anderson.
La de Cocker es una obra en donde se alojan una docena de versiones cinemáticas de otras tantas canciones del pop clásico francés, algunas de las cuales están ligadas a alguna película. Producto de esa colaboración con Anderson, el álbum se cierra con la amazónica Aline, que es la versión de Cocker de la melosa balada de Cristophe que fue un exitazo en los 60 y que ahora ha grabado para incluirla en la banda sonora de The french dispatch. Vehiculizado normalmente con los arreglos de sus versiones originales, el disco arranca con el Dans ma chambre que cantaba Dalida con alguna nota bachiana incluida; revisiona el Contact de Gainsbourg que popularizó Brigitte Bardot; insiste con Dalida y su Paroles paraloles (que aquí canta Laetitia Sadier, de Stereolab) o se atreve con Mao Mao, aparecida originalmente en La chinoise, de Jean Luc Godard cosecha del 67.