La Vanguardia

ANAÏS MARTÍ Estreno amargo

Sergi Barjuan debuta en el banquillo del Barça de forma interina en el Camp Nou y señala que su objetivo es aportar orden, equilibrio y el añorado gol

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Asumir la interinida­d de un banquillo a media temporada nunca es fácil. Si además es el de un Barça, noveno en la competició­n doméstica y con apenas dos entrenamie­ntos para poder afrontar su primer partido, todavía lo es más. Y Sergi Barjuan, que sabe bien qué significa jugar en el Barça y que ahora es el encargado de liderar al equipo que dejó Koeman hasta que llegue Xavi Hernández, no escondió sus sensacione­s pero tampoco se achicó. “es diferente todo. Aumenta la presión”, señaló antes del encuentro ataviado con una americana gris, pantalones oscuros, zapatos marrones y una camisa blanca con las iniciales de su nombre, S.B., bordadas en la solapa izquierda.

Al final el resultado dependía más de los jugadores que de lo que él haya podido aportar en apenas 48 horas. “Creo que la idea sigue siendo la misma que la de Koeman”, apuntó Alba tras el encuentro. “He tenido poco tiempo para trabajar”, explicó Barjuan, que alineó a siete jugadores formados en la Masia en el once inicial: Piqué, Mingueza, Eric Garcia, Alba, Busquets, Gavi y Nico. “Intenté poner a los que saben lo que queremos. También tenemos muchas lesiones”, avisó Barjuan antes del partido. Al técnico interino no le faltó ni el apoyo de los escasos 37.278 espectador­es que animaron al equipo ni tampoco el del palco. “Él está preparado, nos lo dijo. Sergi es un hombre de la casa. Conoce muy bien a los jugadores”, añadió el vicepresid­ente deportivo, Rafael Yuste, antes de que empezara el partido. Por su parte, el presidente Joan Laporta fue el primero en abandonar el palco presidenci­al tras el encuentro.

Barjuan, que debutó en los banquillos en 2009 con el juvenil B, se mostró activo y de pie en su área técnica durante el partido. Incapaz de permanecer en el banquillo durante más de un minuto, mantuvo las manos en los bolsillos, gesto que solo varió para dar alguna indicación a los jugadores casi siempre consensuad­a con su segundo, Felip Ortiz, con quien se abrazó en el segundo tiempo para celebrar el 1-0 de Memphis y con quien lamentó también el empate del Alavés apenas tres minutos después. “Es una jugada aislada que viene tras perder la posesión. Habíamos trabajado para controlar a Rioja y Joselu”, dijo.

El primer movimiento de Barjuan en el banquillo llegó en el minuto 38 en un cambio forzado por el mareo que sufrió el Kun Agüero. “Me ha dicho que se ha mareado, veremos qué le dicen en el hospital, ha acudido por protocolo”, dijo Barjuan, que dio entrada a Coutinho. El brasileño fue recibido con pitos en el Camp Nou. Mientras los servicios médicos atendían al Kun, Piqué y Eric Garcia conversaro­n con Barjuan para transmitir al resto que Coutinho se situaría en el extremo izquierdo. Tras el descanso, Barjuan se quitó la americana y empezó a tocar más teclas, aunque estas no variaron el resultado. Mandó a Riqui Puig a calentar en la banda. El canterano entró sustituyen­do a Gavi y gozó de 20 minutos. También debutó Abde, extremo derecho del filial, que ingresó en el terreno de juego en el 79 sustituyen­do a Nico con el dorsal 33. Junto a Abde, entró otro canterano: Balde para sustituir a Mingueza. La media de edad de su Barça no superaba los 25 años. Pero no se encontró el antídoto para lograr la victoria. “Es un punto malo. El rival nos marca goles con mucha facilidad. Ojalá lleguen rachas mejores”, dijo Alba. “Hay que buscar equilibrio, superiorid­ad, orden y marcar. El tiempo que esté aquí no condiciona mi papel”, concluyó Sergi Barjuan.c

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El entrenador interino del Barcelona, Sergi Barjuan, anoche en el Camp Nou

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