En compañía de Banderas
El actor estrena con éxito ‘Company’, su nuevo musical en el Soho Málaga
Antonio banderas regresó anoche a su sueño, a su teatro del Soho Caixabank de Málaga al que dedica tiempo, dinero y mucho trabajo. En este caso, nada menos que cinco meses que no va a cobrar y que no estará actuando en películas de Hollywood como Indiana Jones, en cuya nueva entrega ha participado, lo que ha provocado –por lesión de Harrison Ford en el rodaje– que finalmente el estreno del nuevo musical de Banderas en el teatro malagueño se produjera con algo de retraso sobre lo inicialmente previsto. Un musical, el Company de Stephen Sondheim, que anoche convocó a espectadores que iban de Lluís Homar a Santiago Segura y que solo por el número final, un tremendo Antonio Banderas cantando Sentirse vivo, gritando a todo pulmón “Quiero vivir” –y enamorarse– ya justifica el montaje.
Un musical estrenado originalmente en 1970 y que literalmente a veces parece habitar entre ese espacio entre las comedias de Billy Wilder y las de Woody Allen. Por lo menos temáticamente, con Bobby, el protagonista, interpretado por un Banderas que comienza la obra el día de su 50 cumpleaños y... quizá le ha llegado el tiempo de casarse. Por lo menos eso le dicen sus amigos. Unas parejas casadas o a punto de hacerlo –tremendos Anna Moliner y Roger Berruezo en un desayuno de boda en el que él canta arrobado y ella en cambio se desgañita a la velocidad del rayo sin trabársele la lengua ante el público asegurando que no quiere casarse– en las que casi todos, incluido algún marido, están enamorados de Bobby.
Él tiene relaciones con tres mujeres, pero no sabe lo que quiere. Banderas construye un personaje dubitativo, titubeante, que se explica a través de los demás, a los que acompaña. Un grupo de parejas y novias interpretados por un grupo de actores portentosos –los solos de Lydia Fairén y Marta Ribera fueron espectaculares– en medio de una escenografía que recrea un trozo del skyline de Nueva York por la que pasan días y estaciones. La acción es mucho menos efectiva en los momentos en los que están sentados con el paisaje urbano detrás, y vuela cuando toman los andamios y cuando se mueven en los círculos del gran giratorio que preside el escenario, entrecruzándose a veces, protagonizando números poderosos como la apertura del segundo acto, Junto a tí.
Y Banderas calladamente, junto a las parejas que protagonizan cada número, construye un personaje que explota en el desenlace con una fuerza inesperada y una ovación final enorme. Un Banderas que aseguró al final que no puede “vivir sin música, sin literatura, teatro, cine. No entiendo la vida sin esa reinterpretación de la naturaleza, incluida la de la naturaleza humana, que llamamos arte. Y el arte lo hacemos toda esta gente de aquí”, concluyó entre aplausos señalando al enorme elenco, 26 músicos incluidos.●