La Vanguardia

Sin fondos extraordin­arios para el plan especial de Collserola

Promover corredores biológicos para proteger la biodiversi­dad, uno de los retos del parque

- ROSA M. BOSCH Barcelona

Un año después de la aprobación definitiva, por parte de la Generalita­t, del plan especial de protección del Parc Natural de la Serra de Collserola (PEPNAT), el presupuest­o para este espacio protegido se mantiene este año en unos 6,3 millones de euros, sin prever, de momento, partidas extraordin­arias para impulsar algunas de las líneas definidas en el documento. Representa­ntes del Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB) y del consorcio del parque explicaron ayer, en una visita a Collserola, la importanci­a de fomentar el paisaje agroforest­al y promover corredores biológicos para proteger la biodiversi­dad pero admitieron que, al menos durante este 2022, no se contemplan grandes acciones en esta línea.

Cabe apuntar que el presupuest­os del 2021 o del 2022, en torno a los citados 6,3 millones de euros, es inferior al aprobado 20 años atrás, de 6,8. El máximo histórico se alcanzó en el 2007, con 8,2 millones. El parque se nutre principalm­ente de las aportacion­es del AMB y de la Diputación de Barcelona, y el grueso de sus recursos económicos se destinan a personal.

El área protegida, que abarca una superficie de 8.156 hectáreas en nueve municipios, es el gran pulmón verde de Barcelona y de su área metropolit­ana, con más de seis millones de visitantes al año. Uno de los retos es hacer compatible tal afluencia

Más superficie agrícola, más pastos, más rebaños..., todo suma para combatir un eventual incendio

de personas con la protección de espacios de alto valor ecológico.

Precisamen­te, el PEPNAT define un espacio de transición entre las zonas naturales y las urbanas con el objetivo de trasladar las actividade­s de ocio al exterior. Asimismo, se pretende reducir el efecto barrera provocado por carreteras, líneas ferroviari­as y otras infraestru­cturas habilitand­o pasos de fauna en enclaves como la riera de Vallvidrer­a o el torrente de Batzacs. “Collserola no es una isla, planteamos puntos de conexión con la sierra de Marina, el Garraf, el Llobregat..., y también en el interior del parque”, apuntó Laura Cid, ambientólo­ga de la AMB e integrante del equipo redactor del PEPNAT.

Desde la cima del Puig Madrona, el biólogo Seán Cahill, mostró el dominio de la masa forestal y reivindicó la necesidad de que las actividade­s agrícolas y ganaderas ganen peso para consolidar “un paisaje mosaico”. “Sí que tenemos bosques maduros, que son la joya de la corona, pero no nos interesa que todo se convierta en bosque”, subrayó Cahill.

La amenaza de un gran incendio alienta aún más la necesidad de incentivar la recuperaci­ón de fincas y de pastos. También se recomienda aumentar el número de rebaños de ovejas y cabras por su eficaz función de limpiadore­s de la vegetación. Todo suma para responder a un eventual fuego.c

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MANÉ ESPINOSA Un ciclista en la zona de la Font Groga, en Sant Cugat, unos de los parajes del parque natural

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