La Vanguardia

El odio es un modo de amar

- Víctor-m. Amela

La televisión es un ejercicio de alto riesgo. Lo confirma la periodista Marta Riesco, que colabora en el programa de Ana Rosa Quintana (AR, Telecinco). Desde la misma cadena está siendo víctima de ataques por parte de los colaborado­res de otro programa, Sálvame, por rival de Rocío Carrasco, con cuyo exmarido, Antonio David, ha mantenido una relación. Rocío Carrasco se ha convertido en un icono contra el maltrato conyugal, guiada por la productora La Fábrica de la Tele, y este juego se les está yendo de las manos. Marta Riesco ha sido señalada como enemiga por dicha productora audiovisua­l, hasta el punto de sentirse ella acosada enfermizam­ente. Así lo ha denunciado a la policía, a la que ha pedido ayuda contra Sálvame, programa al que acusa de promover una jauría de odiadores contra su persona. Así están las cosas en la televisión, que parece ya un patio de colegio en el que se forman pandillas enfrentada­s, acosos, tánganas, bullying. No llegará la sangre al río –o sí–, pero es un episodio lastimoso al que asistimos, cuajado de bajezas e indignidad­es entre compañeros de oficio, bajo los focos y ante las cámaras. La televisión había sido un circo y ahora es un cuadriláte­ro. La televisión era más divertida cuando era más payasa. La televisión ahora es un ejercicio de alto riesgo, siempre con nuestra triste complicida­d.

ODIADORES. Laura Escanes, Juan del Val y María Pombo tienen sus fieles y fieros odiadores en Twitter. “Juan del Val es gilipollas”, “Laura Escanes vive del cuento”, “María Pombo es tonta”... y así un tuit tras otro, pertinaces. En El hormiguero han metido en una habitación a algunos de esos activos odiadores digitales, que han leído sus propios tuits con orgullo. Entonces ha sobrevenid­o el experiment­o del programa: a los odiadores les han metido en la habitación a las víctimas de sus ataques de ocio. ¿Y qué ha pasado? Que se ha echado atrás, han rectificad­o, pedido disculpas, tratado con sus odiados, y han acabado dándoles besos y abrazos. Esto demuestra que el odio no es más que una forma de amor, odiar es un modo de amar, de dedicar tiempo a otro, un pueril y errado modo de amar, amor estéril, un amor en el que prefieres el mal del otro al alto coste de perjudicar­te. Odiadores, probad a escribir tuits amorosos. Y floreced, no seáis tan tontitos. – @amelanovel­a

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain