Pasado el Ecuador
Mishima
Lugar y fecha: Auditori de Girona (6/V/22)
Cita con Mishima en Girona. El grupo de David Carabén (voz, guitarras) presentaba oficialmente su flamante álbum, L’aigua clara. Un trabajo largamente anhelado por parte de los seguidores del quinteto, ya que su anterior producción de estudio, Ara i res, data de 2017. En sustitución del titular Marc Lloret, de baja por enfermedad, Bernat Sànchez manejó las teclas, junto a Dani Vega (guitarras, banjo, mandolina), Xavi Caparrós (bajo) y Alfons Serra (batería). Puntualmente –aunque no de modo anecdótico–, también se sumó al combo la violoncelista Núria Maynou.
Además de una generosa selección de sus nuevas canciones, Mishima desgranaron lo mejorcito del selecto repertorio acumulado en su ya larga historia, desatando euforias y alguna liturgia: no faltaron ni el enamorado coro en platea en Cert, clar i breu ,nila claca feroz y los aullidos con los que el público bendice Tornaràs a tremolar, por no hablar de la locura desatada con la postrera L’olor de la nit. A destacar, todavía en este capítulo de los temas historiados, la redonda Menteix la primavera, tema de jocosa letra (“...la meva única higiene / és per netejar-te la cartera”) y espléndido pulso cabaretero.
El concierto arrancó con una pieza nueva, El gran lladre, que no es otro que el paso del tiempo. Siempre un gran letrista, Carabén refleja en este disco cuestiones propias de quien, ya en la cincuentena, ha traspasado el Ecuador vital, y en el contexto de un mundo en el fondo tan extraño como el que el confinamiento y la pandemia han acabado de normalizar. Es así como, en Mia Khalifa (que toma su nombre de una fugaz estrella porno libanesa), proclama con acierto que “només hi ha la mort i l’amor que siguin veritat”, indicando en la estupenda Gener sobri que ha llegado la hora de aprender a vivir “sense expansions inútils, foscors infinites / paradisos de confeti, focs artificials”. Atención también a El llibre de l’amor (versión de The Magnetic Fields), la elegante elaboración musical que caracterizó Por de mi y, en especial, a Cotó, una luminosa gema pop que evoca los más bellos rincones de la memoria.