Los ladrones de relojes llevan de cabeza a la policía de Barcelona
El martes se denunciaron cuatro robos con violencia de estas piezas, solo en el distrito de Ciutat Vella
Los comúnmente conocidos como relojeros, ladrones especializados en sustraer con violencia esa pieza que lucen, principalmente, varones en sus muñecas, han pasado a ser uno de los quebraderos de cabeza más importantes de los Mossos d’esquadra y de la Guardia Urbana de Barcelona. Solo el martes se denunciaron cuatro sustracciones.
En los briefing que se celebran en las comisarías en los que los responsables de cada turno repasan las novedades y las prioridades del servicio, los relojeros centran en las últimas semanas buena parte de las reuniones. “Nos llevan literalmente de cabeza. No hay ladrón violento ahora mismo en Barcelona que no esté aprovechando la llegada en masa de turistas para hacerse un reloj”, confiesa un responsable policial.
Los Mossos han intensificado estos días las comunicaciones con los responsables de los gremios de la restauración y los hoteles para que insistan en sus clientes en ser prevenidos y evitar lucir determinadas piezas de mucho valor. “Ahora nos está pasando que algunos turistas llevan una réplica del reloj bueno, pero los ladrones no especializados les están atacando igual para llevárselas”, apuntan las mismas fuentes.
El martes los relojeros se pusieron literalmente las botas en Ciutat Vella. Empezaron a las diez de la mañana en la plaza de Urquinaona con un turista al que “un joven magrebí en patinete con otro compinche”, según su declaración, le arrancó un Jaeger-lecoultre con la esfera triangular, valorado en unos 18.000 euros.
Media hora después, el recepcionista del Gran Hotel Central de Vía Laietana alertó al 112 para denunciar que a un cliente le habían arrancado, frente a la oficina de turismo, un Hublot Big Bang 44 mm, valorado en unos 14.000
euros. “Era un chaval alto y moreno”, relató la víctima.
No muy lejos, en rambla Cataluya, 126, ya en el distrito del Eixample, la víctima denunció haber sufrido un estirón por parte de dos jóvenes que circulaban en una motocicleta. La pieza, un Piguet
Royal Oak, valorado en más de 40.000 euros. El turista solo pudo aportar que le pareció que uno de los autores era “rubio”.
Los Mossos insisten en que en paralelo a la actividad delictiva de los ladrones, sus unidades de investigación, furas y patrullas, no
dejan de realizar detenciones. Ayer mismo después de que un turista al que un menor le había arrancado un Patek Philippe de más de 40.000 euros en la calle Pescatería, la víctima logró retener al autor hasta la llegada de la patrulla.n