Banda sonora de nuestra vida
“Un arquitecto musical que construía catedrales, y Ennio Morricone creaba edificios en los que cobijarse la música”. Es una de las muchas frases contenidas en este documental que homenajea al más prolífico compositor de bandas sonoras. En su filmografía constan más de 500 películas que se cobijaron en su catedral de sonidos, pero había cantidad de partituras cinematográficas suyas en las que no constaba su nombre. Fallecido en el 2020 a los 91 años, siempre tuvo muy claro cual era su cometido: “El director de la película lo supervisa todo: el guion, la escenografía, el vestuario, a los actores, las luces… pero no la música. Porque la música no es para describirla, sino para escucharla”.
La popularidad a veces detestada por el propio Morricone y su apoderamiento de las imágenes que los espectadores veían en la pantalla empezaron con un simple pero histórico silbido en Por un puñado de dólares, el spaghetti western que el compositor rechazaba musicar. Finalmente lo hizo porque no podía negarle su colaboración al director Sergio Leone, que había sido compañero suyo en el colegio. Su amistad con Tornatore, realizador de Ennio: El maestro, surgió cuando este le convenció para que pusiera música a la inolvidable Cinema Paradiso y después escribiría las partituras de otras nueve películas suyas.
El irrefrenable afán creativo de Morricone y su pasión por acariciar la perfección hicieron de él un artista genial, aunque devorado por sus propios interrogantes. La siempre inacabable búsqueda del paraíso artístico, que para él no se encontraba en las salas de cine, y su obsesión por músicos como Stravinski le hicieron rechazar la colaboración con el problemático Stanley Kubrick en La naranja mecánica (1971). Sin duda, Morricone estaba marcado por una infancia nada fácil. Nacido en Roma en 1928, en el seno de una modesta familia, tenía el sueño de llegar a ser médico, pero su padre, trompetista, le inscribió en un conservatorio. Tornatore ha reunido documentos e imágenes valiosas, así como una amplia galería de personajes: Bertolucci, Pasolini, Tarantino, Joan Baez, Oliver Stone y un relato con éxitos y fracasos sobre las dos vidas de Morricone, al que la Academia no concedió un Oscar honorífico hasta el 2007, tras cinco nominaciones y una estatuilla por Los odiosos ocho.